
El Chocolate del Bienestar ya está aquí… y detrás de cada barra, de cada polvo para bebida, de cada tableta de mesa, hay tierra roja de Chiapas, manos de Tabasco y nombres que pocas veces aparecen en los anuncios oficiales.
Fue en la mañanera del 10 de julio de 2025 cuando la presidenta Claudia Sheinbaum y María Luisa Albores, titular de Alimentación para el Bienestar, presentaron este nuevo chocolate. Un producto que, dijeron, es más que un dulce: es parte de una estrategia para comer mejor, fortalecer la economía local y pagarle justo a quienes cultivan el cacao.
El cacao, de manos campesinas
El cacao de este chocolate viene de las comunidades indígenas de Chiapas y Tabasco, adquirido con precios de garantía, sin regateos ni intermediarios, en coordinación con Sembrando Vida.
No es poca cosa: se han invertido 34 millones de pesos para la compra de más de 160 toneladas de cacao, que han llegado directo a 1,803 personas, de las cuales 1,567 son sembradores del programa. Productores que, mientras labran la tierra, sostienen el patrimonio vivo de una semilla que en México es historia y presente.
Lo que se presentó
El Chocolate del Bienestar llega en tres presentaciones. La barra de 20 gramos cuesta 14 pesos y contiene 50% de cacao; el polvo, con 30% de cocoa y vitaminas, se vende en 38 pesos; y el chocolate de mesa, con 35% de cacao y canela de Sembrando Vida, está en 96 pesos.
No llevan saborizantes artificiales ni edulcorantes sintéticos. Solo azúcar de caña, vainilla natural, lecitina de soya y, en el caso de las barras, un toque de sal.
“El chocolate tiene sellos”
En la conferencia se habló también de los tres sellos negros en los empaques que advierten “exceso de grasas” y “exceso de azúcares”. María Luisa Albores explicó que esas grasas provienen de la manteca de cacao, una grasa natural, y que el azúcar que usan es de caña, no de jarabes procesados.
“No descremamos el cacao, no le quitamos la manteca, porque ahí está lo bueno, ahí está el sabor real. Lo que hacemos es mantener la esencia de lo que cultivaron nuestras y nuestros campesinos.”
Una barra que viaja directo al consumidor
La presidenta Sheinbaum explicó que este chocolate no recibe subsidios del gobierno. Se paga a precio de garantía, se maquila y se vende a través de las 27,000 Tiendas del Bienestar, sobre todo en lugares donde no hay Oxxos ni cadenas comerciales.
Así, el cacao viaja del sur del país a las manos de quienes se acerquen a una tienda del Bienestar, sin pasar por cadenas de intermediarios que se quedan con el margen mientras los productores apenas logran sostener su milpa.
Más allá del chocolate
El Chocolate del Bienestar forma parte de un esquema más amplio. Durante el sexenio, el gobierno ha acopiado 355,593 toneladas de alimentos básicos como maíz, frijol, café y miel, con una inversión de más de 101 mil millones de pesos, también con precios de garantía.
Su distribución ya comenzó de forma paulatina y se espera que, en los próximos meses, esté disponible en todo el país, en tiendas, en desayunos escolares, en casas, en cafeteras de pueblos y colonias.