
Deudora, grosera y xenófoba… estos son solo algunos de los adjetivos que se ha ganado Ximena Pichel, además del apodo “Lady Racista”, quien ha vuelto a ser tendencia no por su obligada disculpa pública, sino por un nuevo video donde sus acciones hablan por sí solas.
Era sábado 5 de julio cuando un operativo de tránsito en la colonia Condesa terminó en uno de los escándalos más comentados de los últimos días. Un policía de vialidad de la Ciudad de México se disponía a colocar una araña a un vehículo estacionado de forma irregular, un Mercedes-Benz de color gris oscuro. Al percatarse de lo que sucedía, la propietaria del auto, Ximena Pichel, reaccionó con furia.
Los gritos y ofensas no tardaron en viralizarse: “pinche negro”, “odio a los negros como tú”, se escucha a Pichel mientras el agente mantiene la calma. La mujer, de origen argentino, no solo atacaba con insultos raciales, también con gestos y actitudes de desprecio en plena calle, en un país que la ha acogido desde hace años.
El incidente provocó de inmediato reacciones. La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el hecho en su conferencia matutina, calificándolo como “aberrante”. “Las personas extranjeras que vienen a trabajar a México tienen que respetarnos”, dijo, mientras llamaba a erradicar el racismo y el clasismo.
El policía agredido no tardó en presentar una denuncia formal ante la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, mientras que el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) abrió un expediente. El artículo 206 del Código Penal de la CDMX establece penas de uno a tres años de prisión, multas y trabajo comunitario para quien incurra en discriminación.
El nuevo video: la agresión a una guardia de seguridad
Días después, otro video volvió a encender el caso. Ximena Pichel, en una calle de la capital, aparece insultando a una guardia de seguridad privada. “Me vale ver..., no te voy a dar nada”, “pinche gata de mierda”, “maldita huevona de mierda”, se escucha mientras le arrebata el celular a la trabajadora exigiendo que le abra una puerta. La escena, grabada por transeúntes, exhibe nuevamente la actitud violenta y el desprecio de Pichel, en un momento donde decía estar “reflexionando” sobre sus actos.
La indignación pública se reactivó con fuerza. En redes sociales, el apodo “Lady Racista” se consolidó como el símbolo de la impunidad, el clasismo y el racismo que persiste en espacios cotidianos.
La disculpa pública y las palabras que no bastan
El 6 de julio, Ximena Pichel emitió un comunicado en el que ofrecía una disculpa pública. “Quiero ofrecer una disculpa pública sincera y sin reservas”, escribió. “Mis palabras ofendieron a un hombre que hacía su trabajo y también a muchas personas que enfrentan la discriminación y el desprecio. Lo lamento de corazón”.
Afirmó que buscaría ayuda profesional y terapia, asegurando que este momento marcaría “un antes y un después” en su conducta. Sin embargo, para la opinión pública, las palabras no fueron suficientes, y la publicación del segundo video demostró que la conducta no había cambiado.
Las deudas en Santa Fe y las multas pendientes
Mientras los videos se difundían, otra realidad salía a la luz. Ximena Pichel acumula una deuda de 147 mil pesos por cuotas de mantenimiento en su condominio de Santa Fe, uno de los complejos residenciales más exclusivos de la capital. De acuerdo con vecinos, se le ha restringido el uso de la alberca, el gimnasio y el acceso automático, obligándola a anunciarse cada vez que ingresa.
Además, enfrenta multas de tránsito en la Ciudad de México que suman cerca de 9 mil pesos, correspondientes a distintas infracciones, incluidas las relacionadas con el incidente en la Condesa. Según la ley, puede recibir descuentos si se pagan en tiempo, pero hasta ahora, Pichel no ha saldado esas deudas.
El reclamo de Aarón Beas: el padre de su hijo rompe el silencio
La historia personal de Pichel también salió a relucir. Aarón Beas, actor de telenovelas, confirmó ser el padre del hijo de 16 años de Pichel, quien aparece defendiéndola en uno de los videos. “Quiero pedir una disculpa pública a nombre de mi hijo... es un poco inmaduro para su edad, y obviamente se dejó llevar por la preocupación de ver a su madre tan mal”, señaló Beas en redes.
El actor enfatizó que no comparte la custodia con Pichel y lamentó no poder influir en la educación de su hijo. Condenó la actitud de Pichel y se sumó al reclamo de justicia para el policía discriminado, así como para las víctimas de racismo y clasismo en México.
El narcocorrido que expuso el racismo en México
El caso de “Lady Racista” inspiró un narcocorrido viral en TikTok, creado por la cuenta Noticorridos. Con frases como “no me toques indio, negro y corriente”, la canción retrata la escena ocurrida en la Condesa, denunciando el racismo y la impunidad con una narrativa crítica que superó las 300 mil reproducciones en 48 horas.
La letra cuestiona la falta de consecuencias para quienes agreden con base en su privilegio económico y racial, al tiempo que revalida el poder de las redes sociales como espacio de denuncia y memoria colectiva.
¿Quién es Ximena Pichel?
Ximena Pichel llegó a México como modelo y actriz. Participó en campañas de maquillaje, pasarelas de vestidos de novia y tuvo una aparición en la telenovela “Entre el amor y el deseo”. También fue corista de Alex Sirvent en la canción “No sabes cuánto” de la telenovela “Amigas y Rivales”.
En redes sociales se presentaba como “mamá, actriz, modelo y cantante”. Tras el escándalo, su cuenta de Instagram pasó a privado y su actividad pública se redujo drásticamente.
Lo que sigue: un proceso legal en puerta
El caso de Ximena Pichel continuará en los próximos días con el avance de la investigación en la Fiscalía de Justicia de la CDMX y el procedimiento abierto por el Copred. Si se confirma el delito de discriminación, Pichel podría enfrentar una pena de uno a tres años de prisión, trabajo comunitario y multas económicas.
Mientras tanto, la deuda de mantenimiento en Santa Fe y las multas de tránsito seguirán siendo parte del cúmulo de pendientes que arrastra, mientras la opinión pública mantiene la lupa sobre sus acciones y exige consecuencias reales, más allá de disculpas escritas.