El volcán Kilauea, situado en la Gran Isla de Hawái, entró hoy 23 de diciembre de 2024 en una impresionante fase eruptiva. Esta actividad volcánica desató fuentes de lava que alcanzaron hasta 80 metros de altura, lo que llevó a las autoridades a activar la alerta naranja y monitorear cuidadosamente los peligros asociados.
La erupción comenzó a las 2:20 a.m. hora local en el cráter Halema'uma'u, localizado dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái. De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), aunque las impresionantes fuentes de lava no representan una amenaza inmediata para la infraestructura o la población, el principal riesgo proviene de los gases volcánicos y partículas finas, que pueden tener un impacto considerable dependiendo de las condiciones del viento.
“Se observaron fuentes de lava con alturas de hasta 80 metros”, reportó el USGS. La actividad está contenida dentro del cráter, una zona actualmente cerrada al público en el parque nacional.
Tras cuatro horas de actividad, la erupción parece haberse estabilizado dentro del cráter. Como resultado, las autoridades decidieron reducir el nivel de alerta del volcán de advertencia (rojo) a vigilancia (naranja). A pesar de esto, se mantiene un estricto monitoreo para responder a cualquier cambio inesperado.
Una columna de gas volcánico, acompañada de partículas finas, se eleva entre 6,000 y 8,000 pies sobre el nivel del mar. Los vientos están llevando esta nube hacia el suroeste, dentro del área cerrada del parque, minimizando por ahora el impacto en comunidades cercanas.
Hasta las 5:30 a.m. hora local, el flujo de lava había cubierto un área aproximada de 400 acres del suelo de la caldera, expandiéndose principalmente hacia el borde occidental. El material incandescente proviene de respiraderos en el suelo de la caldera, dentro de los límites de la zona cerrada.
“Por el momento, no se han observado cambios significativos en las zonas de grietas, y la actividad eruptiva se limita a la región de la cumbre del Kilauea”, explicó el USGS.
El mayor peligro inmediato proviene de los gases volcánicos, como el dióxido de azufre, que puede ocasionar problemas respiratorios y afectar la calidad del aire en las áreas circundantes. El volcanismo explosivo y los materiales expulsados, aunque hasta ahora contenidos dentro del cráter, subrayan los riesgos asociados con visitar zonas cercanas.
El USGS recordó que el área cerrada de la cumbre del Kilauea es extremadamente peligrosa y enfatizó la importancia de mantenerse informado mediante actualizaciones oficiales.
El Kilauea es reconocido como uno de los volcanes más activos del mundo, con una historia reciente de erupciones notables. Entre 1983 y 2018, registró una de sus fases eruptivas más largas, con consecuencias significativas en la Gran Isla, como la destrucción de viviendas y la reconfiguración del paisaje.
El evento actual, aunque contenido, sirve como recordatorio de la naturaleza dinámica e impredecible de este volcán. Las autoridades y científicos continúan monitoreando las condiciones, preparados para tomar medidas adicionales si la situación evoluciona.
Aunque no existen amenazas directas fuera del parque nacional, se recomienda a los residentes y visitantes:
1. Evitar las áreas restringidas dentro y alrededor del volcán.La reciente actividad del Kilauea, aunque espectacular, se mantiene bajo control gracias a las precauciones de las autoridades. Este fenómeno destaca no solo la belleza natural, sino también la fuerza imponente de la naturaleza, ofreciendo un recordatorio a quienes viven cerca de estas maravillas geológicas sobre la importancia de la preparación y el respeto por su entorno.