
El silencio de la colonia Lomas de Cuernavaca, en Temixco, se quebró dos veces en menos de 24 horas. Primero, la tarde del sábado 16 de agosto, cuando los vecinos escucharon las detonaciones de arma de fuego que acabaron con la vida del influencer Camilo Ochoa Delgado, conocido en redes sociales como “El Alucín”. Y después, la mañana del domingo, cuando agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) irrumpieron en la misma vivienda con una orden de cateo.
El operativo judicial
De acuerdo con fuentes de la FGE, la diligencia se llevó a cabo con el propósito de recolectar indicios sobre el asesinato. La orden judicial fue solicitada y otorgada apenas unas horas después del crimen. Al lugar llegaron agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), escoltados por personal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del Estado de Morelos y autoridades federales.
La casa, ubicada en la calle Laurel, quedó asegurada tras la intervención. Afuera permanecieron patrullas y elementos armados, mientras una grúa retiraba una camioneta GMC Denali color azul que se encontraba estacionada en el domicilio.
Dentro de la vivienda, según trascendió, los agentes aseguraron diversos objetos personales de Camilo Ochoa, entre ellos un arma de fuego. Hasta el momento, la Fiscalía no ha detallado públicamente si se trata del arma utilizada durante el ataque o si corresponde a la víctima.
La escena del homicidio
El ataque ocurrió la tarde del sábado 16 de agosto. Testimonios de vecinos y registros de cámaras de seguridad indican que un hombre llegó al conjunto habitacional en un vehículo Chevrolet Sonic. Tocó la puerta y, tras ingresar, se dirigió a una de las habitaciones de la vivienda.
En el interior, Camilo Ochoa fue sorprendido y recibió disparos de arma de fuego dentro del baño. La puerta de esa habitación quedó perforada con más de diez impactos. El cuerpo del influencer presentaba al menos dos heridas, de acuerdo con los reportes periciales preliminares.
Las autoridades confirmaron que la puerta principal de la vivienda no tenía daños, lo que refuerza la hipótesis de que el agresor entró sin necesidad de forzar cerraduras. Tras ejecutar el ataque, huyó en el mismo Chevrolet Sonic en el que había llegado, logrando escapar de la zona.
Aseguramiento del inmueble
La Fiscalía de Morelos dejó bajo resguardo la casa donde ocurrió el homicidio. Aunque se trataba del lugar donde residía temporalmente Camilo Ochoa, no era de su propiedad. El influencer tenía otro departamento en la misma zona, según confirmaron fuentes de la investigación.
La presencia de fuerzas estatales y federales en el fraccionamiento se ha mantenido constante desde el día del crimen. El inmueble quedó marcado con sellos judiciales que impiden el acceso a personas ajenas a la investigación.
Vínculos y líneas de investigación
Camilo Ochoa Delgado, de acuerdo con registros en redes sociales y versiones extraoficiales, había sido mencionado en inicios de este año por la facción de “Los Mayos”, quienes lo acusaban de mantener nexos con “Los Chapitos”, otra de las ramas del Cártel de Sinaloa.
La Fiscalía no ha confirmado si el homicidio está directamente relacionado con esos señalamientos, pero no descarta que las amenazas previas contra influencers y youtubers en Sinaloa puedan estar conectadas con este caso. Sin embargo, a más de 48 horas del crimen, las autoridades locales se han visto herméticas y han evitado revelar posibles avances en el caso.
Ningún vocero ha confirmado si el arma de fuego encontrada pertenece a la víctima, ni se han revelado más objetos incautados en el interior de la casa.
La única certeza es que el cateo se realizó como parte de la carpeta de investigación por homicidio doloso. La Fiscalía se ha limitado a informar que la recolección de pruebas continúa y que en los próximos días se podrían dar a conocer más resultados.
Contexto de violencia contra influencers
El asesinato de Camilo Ochoa se suma a una serie de ataques recientes contra creadores de contenido en México. En distintos estados del país, y de manera particular en Sinaloa, se han registrado homicidios de jóvenes vinculados de manera directa o indirecta con grupos del crimen organizado.
El caso de “El Alucín” ha generado especial atención por los vínculos que se le atribuían en redes sociales con facciones del Cártel de Sinaloa y por la crudeza con la que fue ejecutado dentro de su propio domicilio.