
Después de más de tres años prófugo, el escritor y exdiplomático Andrés Roemer será finalmente extraditado a México desde Israel, donde se había refugiado desde 2021. La Corte Suprema de Israel desechó su última apelación el 10 de abril de 2025, avalando su entrega a las autoridades mexicanas a pesar de no existir un tratado formal de extradición entre ambos países. Roemer enfrenta cinco órdenes de aprehensión por violación y está señalado por al menos 61 mujeres que han hecho públicas acusaciones por delitos sexuales.
Roemer, de 61 años, fue cónsul general en San Francisco, embajador ante la UNESCO y creador del Festival “La Ciudad de las Ideas”. Su imagen de intelectual y promotor cultural se derrumbó en 2021, cuando la bailarina Itzel Schnaas lo acusó públicamente de abuso sexual. A ella se sumaron figuras como la actriz Mariana Peñalva y la cantante Mariana Flores, quienes describieron un patrón repetido: el exfuncionario citaba a mujeres jóvenes en su domicilio bajo supuestos intereses profesionales, y una vez dentro, presuntamente las agredía.
Tras su huida a Israel, el gobierno mexicano inició una compleja solicitud de extradición, apelando a acuerdos de cooperación internacional. Roemer fue detenido en Tel Aviv en octubre de 2023, y aunque inicialmente fue ingresado a prisión, obtuvo después el beneficio de arresto domiciliario. Durante el proceso judicial en Israel, intentó argumentar que era víctima de persecución política y religiosa, algo que fue descartado por las autoridades judiciales israelíes. El juez Yosef Elron declaró que no debía recibir un trato especial por su perfil público.
La decisión representa un parteaguas en el caso. Colectivos feministas y defensoras de derechos humanos han celebrado la resolución, considerándola un paso importante en la lucha contra la impunidad en delitos sexuales cometidos por figuras de poder. Las autoridades mexicanas han confirmado que ya se están coordinando los procedimientos logísticos y legales para su traslado a México en los próximos días, donde deberá comparecer ante jueces penales por las denuncias en su contra.
Este caso ha sido emblemático por la dificultad de llevar ante la justicia a personas con recursos y redes de influencia. Con la inminente llegada de Roemer a territorio mexicano, víctimas y sociedad civil esperan que se inicie un proceso judicial transparente que pueda sentar precedentes en materia de justicia de género y rendición de cuentas.