
Brota humo negro de la chimenea de la Capilla Sixtina. Los cardenales tienen que reunirse en cónclave en el Vaticano. El catolicismo está de luto porque, con 88 años de edad, Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el Papa Francisco, falleció tras una larga vida de servicio a la Iglesia Católica. Durante doce años fue líder de la Iglesia, Jefe de Estado del Vaticano y, para los creyentes, representante de Dios en la tierra.
Apenas pasadas las siete de la noche del 13 de marzo de 2013, la plaza de San Pedro estalló en júbilo cuando brotó humo blanco de la Capilla Sixtina. Entonces, el cardenal Jean Louis Tauran anunció “habemus papam", se trataba del Papa Francisco, que pocos minutos después salió al balcón para saludar a los fieles, vestido todo de blanco y con una sencilla cruz colgada. Había sido seleccionado por los 115 cardenales electores en el segundo día del cónclave, sucediendo al Papa Benedicto XVI (16), quien había renunciado 14 días antes.
Nacido en Argentina, fue el primer Papa latinoamericano y el número 266 dentro de la Iglesia Católica, ocupa el segundo lugar como el pontífice más longevo de la historia, sólo superado por León XIII (13), quien falleció a los 93 años de edad.
Además, fue el primero en elegir el nombre de Francisco, selección que no fue casualidad, pues lo hizo en honor a San Francisco de Asís, el santo italiano del siglo XIII (13), conocido por su amor por los pobres, su sencillez y su respeto por la naturaleza. Este gesto simbolizó el tipo de papado que Francisco quería encarnar: una Iglesia más humilde y comprometida con las causas sociales.
Nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos. De joven, Jorge Mario mostró interés por la química, logrando graduarse como “técnico químico”. Antes de convertirse en sacerdote, Bergoglio desarrolló distintos oficios, incluyendo el de barmán y vendedor de zapatos.
Sin embargo, su vocación religiosa lo llevó a ingresar a la Compañía de Jesús, con los jesuitas, en 1958, cuando apenas tenía 21 años. Se trata de una orden que jugó un papel fundamental en la Contrarreforma y que ha sido depositaria de buena parte de la educación y del saber de la Iglesia. No en balde, la formación académica de Bergoglio incluyó estudios en filosofía, en el Colegio Máximo de San José, en San Miguel, Buenos Aires, y más tarde, teología. También pasó tiempo en Chile y Alemania como parte de su preparación.