
Una fiesta clandestina anunciada como “Sexolandia Fest” reunió a más de 800 jóvenes, en su mayoría menores de edad, dentro de un salón de eventos ubicado en Magnolia 174, en la colonia Guerrero, alcaldía Cuauhtémoc.
Ocurrió la tarde del viernes 16 de mayo. Ese día, los asistentes pagaron entre 150 y 200 pesos por ingresar a un lugar sin salidas de emergencia, sin ventilación adecuada, sin personal de seguridad y con condiciones insalubres, donde incluso utilizaron ataúdes como hieleras y bebieron alcohol etílico.
El evento fue promovido y difundido en redes sociales a través de la cuenta de Instagram “tumbalacasa_tlc”, donde se vendían entradas generales y supuestos pases VIP, que rondaban entre 150 y 300 pesos.
En los carteles se ofrecía música, luces y un ambiente sin restricciones. El inmueble, que hoy se sabe operaba sin permisos, tenía una capacidad máxima de 450 personas. Sin embargo, al menos 800 jóvenes fueron desalojados del sitio, luego de que vecinos informaran a la policía sobre adolescentes desorientados saliendo del lugar y tratando de recuperar el aire sentados en las banquetas.
Cuando las autoridades arribaron al salón de eventos, de nombre “Unión y Concordia”, la música se detuvo de forma abrupta y comenzaron a circular versiones de personas intoxicadas e incluso desmayadas. Por ello, fue necesaria la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, de la Policía Auxiliar Orión, Protección Civil y paramédicos.
Ya desalojado el inmueble, la escena fue descrita por los agentes como “peligrosa y alarmante”, pues no había salidas de emergencia. Solo había extintores caducos desde 1999. Además, varios jóvenes fueron hallados tirados en el piso. Testigos aseguran que el calor era insoportable y que, debido al hacinamiento, ni siquiera había movilidad.
Cuatro menores de edad, tres mujeres y un hombre, fueron diagnosticados con intoxicación etílica, mientras que una adolescente de 16 años fue trasladada al Hospital Pediátrico de Peralvillo.
La fiesta había sido convocada como celebración de fin de cursos, por lo que acudieron estudiantes de secundaria y preparatoria de la misma alcaldía y de demarcaciones cercanas. Al tomar algunas declaraciones, los jóvenes señalaron desconocer a qué tipo de evento acudían, pues llegaron por recomendación de amigos o por publicaciones virales en redes sociales.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, acudió personalmente al lugar, calificando la escena como “aterradora” y asegurando que, gracias a la oportuna intervención de las autoridades, se evitó una tragedia de mayor dimensión.
Horas después del aseguramiento del inmueble, fue detenido Antonio “N”, de 51 años, señalado como el presunto organizador del evento. Fue presentado ante el Ministerio Público junto con otras dos personas capturadas en el mismo momento. Al momento, todos son acusados del delito de corrupción de menores y se abrió una carpeta de investigación. Además, la Fiscalía también investiga si hubo omisiones por parte de terceros y si se utilizaron bebidas adulteradas.
Durante la madrugada del sábado, padres de familia comenzaron a llegar al sitio para recoger a sus hijos. Algunos desconocían por completo a dónde habían ido, mientras que otros ni siquiera imaginaban que se trataba de un evento clandestino sin las mínimas condiciones de seguridad.
Desde la alcaldía se anunció el fortalecimiento de operativos contra fiestas clandestinas, chelerías y salones de eventos sin permiso o regulación. Además, se ordenó la revisión de los eventos anunciados en redes sociales y se reiteró la política de “cero tolerancia” contra quienes pongan en riesgo la integridad de los jóvenes.
Debido al número de personas intoxicadas, fue un milagro que no se reportaran víctimas mortales. Por ahora, el caso sigue abierto y el salón de eventos “Unión y Concordia” permanece asegurado.
El caso ha provocado indignación y preocupación entre la sociedad, pues gran parte de los internautas, principalmente, compararon el caso con tragedias pasadas como la del New’s Divine, ocurrida el 20 de junio de 2008 en la alcaldía Gustavo A. Madero. Ese día, una fiesta de jóvenes derivó en una estampida humana que acabó con la vida de 12 personas, entre ellas nueve jóvenes y tres policías que realizaban un operativo para revisar el lugar por presuntas irregularidades previamente denunciadas.