
Christian Nodal revela en exclusiva las palabras que le rompieron el corazón la última vez, antes de pasar la página y seguir adelante con su vida y su carrera musical.
"Búscate a alguien más, nada más que yo no me entere"
Son las palabras que el cantante de regional mexicano, habría escuchado de propia voz de la trapera argentina, Cazzu.
Los últimos meses junto a Cazzu no fueron como al principio. Christian Nodal lo describe sin dramatismos, pero con la franqueza de quien ya repasó cada detalle en su cabeza. Dice que no hubo gritos ni ofensas, pero sí una distancia que crecía en silencio. En una de esas conversaciones previas a la ruptura, ella le dijo algo que se le quedó grabado: que si no podía ser la mujer que él necesitaba, buscara a otra… y que mientras ella no se enterara, todo estaría bien. Para él, esa frase fue un golpe seco. “Eso no es lo que yo estaba buscando”, recuerda.
No era la primera vez que hablaban de separarse. Durante cinco meses, la relación fue un vaivén: terminaban, volvían, y todo parecía solucionarse en uno o dos días. Nodal asegura que quería conservar lo que tenían, no solo por lo que sentían, sino porque deseaba estar presente cada día en la vida de su hija. “Yo quería que fuéramos una familia”, confiesa, y cree que la otra parte también lo intentó. Pero la química se había apagado: ya no había pasión, ni palabras de amor, solo la convivencia amable de dos amigos que comparten techo.
Ese vacío, dice, le hizo pensar en su hija. No quería que creciera creyendo que el amor es costumbre o resignación. Fue entonces cuando entendió que lo más honesto era aceptar el final. El 8 de mayo, tras varios intentos de recomponer la historia, decidieron cerrar el capítulo. “No se pudo”, admite, sin culpas, pero con un dejo de tristeza.
Nodal también respondió a lo que Cazzu dijo sobre el desgaste mediático y el deseo de alejarse del morbo. Asegura que esa exposición no nació con ella, sino que comenzó desde su primera relación pública con Belinda. Desde entonces, explica, cualquier historia sentimental suya se convierte en un asunto de interés público. Incluso cuando con Cazzu apenas empezaban a verse en Guatemala, ya había fotos y videos circulando, junto con historias inventadas que los ponían bajo la lupa.
Ese escrutinio constante, sumado a las comparaciones con relaciones anteriores y los comentarios hirientes en redes, terminó por minar la tranquilidad de ambos. Nodal recuerda lo duro que fue verla sufrir sin saber cómo protegerla. “No hay un manual que te diga qué hacer”, dice, reconociendo que la presión externa se volvió un peso difícil de cargar.
También se detuvo en una de las declaraciones de ella tras la ruptura, cuando insinuó la existencia de un “plan monstruoso” en su contra. Nodal asegura que en sus conversaciones privadas nunca surgió algo así y que, incluso en los momentos difíciles, mantuvieron un trato respetuoso.
Hoy habla del final con la calma que da el tiempo. Sabe que los dos querían que funcionara, pero la chispa no volvió. “El 8 de mayo terminamos”, dice, como quien cierra un libro que leyó hasta la última página. A pesar de todo, deja claro que sigue habiendo respeto por la madre de su hija y por lo que compartieron. Porque, aunque no fue para siempre, fue real mientras duró.