
El gobierno del Presidente López Obrador ha hecho algo inédito ante la tragedia que se vive en Acapulco… Ha ordenado que las Fuerzas Armadas sean quienes lleven las riendas de la entrega de víveres, la seguridad del puerto y que incluso cuiden las gasolineras y supermercados… Esto no solo es una muestra simbólica sobre quién debe ser visto como el rostro solidario de la 4-T, sino que operativamente esto genera cuellos de botella para que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan… El fin de semana en un mensaje en sus redes sociales, el Presidente indicó que ayer se repartieron 19 mil 300 despensas y más de 51 mil litros de agua… También se informó que estaban por llegar otras 50 toneladas de víveres y más de 182 mil litros de agua… Pero recordemos que en Acapulco viven 850 mil personas y que en los alrededores como Metla-pil o Coyuca de Benítez hay miles de personas que aún no reciben ni agua ni alimentos… Esto plantea una pregunta clave… ¿Qué pasa que no está llegando lo suficiente a manos de damnificados?... Porque a esa velocidad no se podrán satisfacer las necesidades urgentes de la población… Y es que a tono con toda su administración, López Obrador le dio al Ejército el control de la ayuda humanitaria… La instrucción es que todo eso se concentre en manos del Ejército y que ellos se hagan cargo de repartirlo… Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, informó el sábado que los víveres y demás productos podrán entrar a la zona siniestrada en vehículos del Ejército… Y que todas las donaciones se concentran en la Zona Militar 35 o en Mundo Imperial, que son los centros de acopio de la Sedena…