
Atrás quedó la ropa de marca y vehículos de lujo.
Miguel Ángel Treviño Morales, alias el “Z-40”, compareció este 11 de junio en una corte federal del Distrito de Columbia, vestido con el típico uniforme de preso color azul y acompañado por un equipo legal de alto perfil compuesto por nueve abogados. Entre ellos: Frank Pérez, representante de Ismael “El Mayo” Zambada, y Eduardo Balarezo, conocido por haber defendido a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Su hermano, Omar Treviño Morales, alias “Z-42”, no estuvo presente debido a que, según el propio juez Trevor McFadden, de último minuto se realizaron ajustes en el calendario judicial.
Fue en esta segunda audiencia, donde el fiscal Kirk Kenneth Handrich, adscrito a la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas del Departamento de Justicia, presentó lo que describió como “una estructura probatoria de dimensiones inéditas”: Casi cinco millones de pruebas en su contra, recopiladas durante una década de investigación conjunta entre agencias estadounidenses y mexicanas.
Entre los materiales destacados figuran 490 mil llamadas telefónicas interceptadas y transcritas; informes de inteligencia, evidencia digital y múltiples documentos judiciales.
Periodistas que acudieron a la audiencia, revelan que uno de los puntos más sensibles de la comparecencia, fue la posible solicitud de la pena de muerte, misma que podría ser anunciada en la próxima audiencia, programada para el 14 de octubre de este año. El coacusado, Alfredo Rangel Buendía, alias “El Chicles”, también presente en la audiencia, no enfrenta dicha posibilidad.
En tanto, la defensa de Miguel Ángel, encabezada por Eduardo Balarezo, presentó una moción para exigir todos los documentos relacionados con la entrega de los exlíderes del narco a Estados Unidos, pues considera que el proceso ocurrió fuera de los márgenes establecidos en los tratados bilaterales de extradición.
Los hermanos Treviño Morales enfrentan cuatro cargos federales principales: tráfico de cocaína y marihuana, lavado de dinero, posesión ilegal de armas de fuego y conspiración criminal, pues de acuerdo con la Fiscalía, ambos fueron responsables de enviar cientos de kilogramos de droga semanalmente hacia territorio estadounidense, durante más de 10 años.
El ascenso de los apodados “Z-40” y “Z-42”, fue rápido y brutal... al igual que las decenas de asesinatos que se les atribuyen.
Miguel Ángel se abrió paso en el mundo del narco primero como sicario y después como operador de confianza de Heriberto Lazcano, alias “El Lazca”, fundador de “Los Zetas”. Su hermano Omar se habría unido a las filas de la organización criminal, un par de años más tarde, tomando el control del cártel en 2012, tras la muerte de su cabecilla.
Fue así como este grupo delictivo se colocó rápidamente como uno de los más sanguinarios y despiadados en la historia del crimen organizado en México. Además durante su liderazgo, expandieron sus operaciones a más de una decena de estados en México y países de Centroamérica, controlando rutas clave para el tráfico de drogas, armas y migrantes. Se les atribuyen también cientos de secuestros, extorsiones, cobro de piso, asesinatos masivos y trata de personas.
Miguel Ángel fue capturado en julio de 2013 en Nuevo Laredo, Tamaulipas; mientras que Omar fue detenido en marzo de 2015 en una operación especial en San Pedro Garza García, Nuevo León. Ambos fueron recluidos en penales federales de alta seguridad en México hasta su entrega a Estados Unidos el 27 de febrero de 2025, junto a otros 27 presuntos narcotraficantes.
La situación no pinta bien para los hermanos Treviño Morales y se agrava, debido a que recientemente el gobierno estadounidense incluyó a su grupo criminal en la lista de organizaciones terroristas extranjeras.