Nueva Orleans se convirtió esta semana en el nuevo epicentro de la estrategia de mano dura del presidente Donald Trump contra la migración en Estados Unidos. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) puso en marcha este miércoles 3 de diciembre la operación “Catahoula Crunch”, enfocada en la detención de migrantes con antecedentes criminales.
El anuncio fue acompañado por un comunicado oficial del DHS que incluyó imágenes de presuntos ciudadanos de México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Jordania y Vietnam. Según la dependencia, estas personas habrían quedado en libertad debido a políticas consideradas como “santuario”.
Un funcionario estadounidense citado por la agencia AP informó que más de 200 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) participan en el operativo. La meta, indicó, es concretar el mayor número posible de detenciones durante un periodo de al menos 60 días.
La presencia de agentes federales ya se hizo visible este miércoles, cuando equipos de la Patrulla Fronteriza arribaron a un centro comercial Home Depot en Kenner, en el área metropolitana de Nueva Orleans.
Louisiana, gobernada por el republicano Jeff Landry —uno de los aliados políticos más cercanos a Trump—, llevaba semanas preparándose para esta ofensiva. Landry ha buscado alinear su política estatal con la agenda migratoria federal y afirmó que el operativo se centra en “los peores de los peores, inmigrantes ilegales delincuentes que han infringido la ley”.
“Comenzó hoy y continuará hasta que los saquemos a todos de la calle”, declaró el gobernador en una entrevista con una emisora local. También adelantó que espera el despliegue de elementos de la Guardia Nacional en Nueva Orleans antes de Navidad para reforzar estas acciones.
El presidente Trump confirmó el martes que atenderá la solicitud de Landry, quien pidió apoyo federal para “combatir el crimen” en el estado.