
En una conferencia, Maria Van Kerkhove, jefa técnica de la OMS, destacó que es una variante de preocupación a nivel global por el incremento de casos.
Asimismo, podría causar una enfermedad más grave o reducir la eficacia de las vacunas contra coronavirus. En India la B.1.617 es la variante más común y se ha registrado ya en otros países como Estados Unidos, Israel y Reino Unido.
En México se detectó por primera vez a principios de mayo en San Luis Potosí, por lo que las autoridades implementaron un cerco epidemiológico.
Los Centros para el Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) de Estados Unidos clasifican las variantes en tres formas: de interés, de preocupación y de gran consecuencia.
La variante de interés tiene “marcadores genéticos específicos a los que se ha asociado a cambios en la unión del receptor, una menor neutralización por los anticuerpos generados contra una infección anterior o la vacunación, una menor eficacia de los tratamientos, el posible impacto del diagnóstico, o el aumento pronosticado en la transmisión o gravedad de la enfermedad”, mencionan los CDC.
La variante de preocupación es cuando hay evidencia de una mayor transmisión, “casos más graves de enfermedad, reducción significativa en la neutralización por los anticuerpos generados durante una infección anterior a la vacunación, menor efectividad de los tratamientos o las vacunas, o fallas de detección”.
Por último, la variante de gran consecuencia es cuando “existe una evidencia de que las medidas de prevención o las medidas médicas paliativas han reducido significativamente la efectividad con respecto a las variantes que circularon previamente”.