Por Ramón Durón Ruíz (†)
El querido maestro liberal, político e historiador tamaulipeco Raúl García García, concluye su ameno libro “Las ocurrencias de Don Arnulfo. Un poeta popular”, con un verso que me encanta:
“Si no hallan conforme todo,
es cuestión de entendimiento,
[que hablando de la felicidad]
cada quien tiene su modo
de contar el mismo cuento.”
Y es que en verdad con la felicidad, “cada quien tiene su modo de contar el mismo cuento”; lo importante es entender que ser feliz es además de un homenaje a la vida, la misión a la que llegaste a esta carnalidad. Felicidad que siempre va acompañada de una paz interior, de una armonía con el universo y del inagotable poder de amor. Esas escuelas de sabiduría, luz y esperanza que son las abuelas y abuelos de Güémez –para quienes la vejez es el arte sublime de vivir en paz consigo mismo, y con lo que es imposible cambiar–, me han enseñado algunas lecciones:
1. Por la noche al entrar a casa, simbólicamente con tu mano derecha deja afuera las contrariedades, problemas, desavenencias. Después al desvestirte, imagina que te despojas de la tensión del día, y al bañarte, siente cómo el agua te purifica, te va limpiando de cabeza a pies la mala vibra que te hayan generado.
2. Cena lo indispensable, recuerda el principio naturista: “Desayuna como príncipe, come como rey y cena como mendigo”.
3. Al disponerte a reconciliarte con el sueño, une tres poderes que la vida tiene para ti: perdona a quienes te ofendieron y pide perdón a quienes agraviaste; ora y da las gracias –que transformarán tu ser– por las bendiciones que ese día llegaron como manantial inagotable a tu vida, después respirando suave y pausadamente, decreta y repite: todo está hecho para mi bien, HOY tengo un sueño profundo y reparador.
4. Por la mañana, cuando veas la luz del alba, respira profundo, recuerda: “nadie sabe lo que tiene hasta que respira profundo”, inmediatamente eleva al Cielo una oración de agradecimiento, por el milagro del nuevo amanecer; estírate, para que pongas en funcionamiento una a una de las partes de tu cuerpo; toma un vaso de agua en ayuno, alivia hasta 36 enfermedades.
5. Si recuerdas tus sueños, analízalos, son el mensaje del subconsciente para tu vida.
6. Decreta: “HOY es el día más espectacular (feliz, exitoso, positivo,…) de mi vida”, repítelo con la convicción de que así es… ¡Y así será!
7. Al verte en el espejo, llénate de piropos, mírate con amor; recuerda: “es más fácil enamorar una pareja… que al espejo.”
8. Medita, haz ejercicio matutino, corre, camina, para que te encuentres contigo mismo, para que tu cuerpo entre en un estado de relajación y armonía, generando serotonina –un neurotransmisor que, además de combatir la depresión, fortalece tu sistema inmunológico.
9. Carga tus pilas tomando los primeros rayos del sol, recuerda que nadie va temprano al río y encuentra el agua sucia.
10. Desayuna ligero, toma alimentos por la mañana te ayuda para que inicies el día con toda tu potencialidad.
11. Sal a la calle de buenas; se cordial con el prójimo; da; haz una buena acción, recuerda que las manos que dan… jamás estarán vacías, dar no significa necesariamente dinero o algo material; puedes dar una palabra de aliento, un saludo, un abrazo, una bendición.
12. Viste ropa de color “vivo”, usa prendas que te llenen, con la que te sientas pleno, recuerda que los colores estimulan tus emociones, (positiva o negativamente) busca los que te levanten ánimo.
13. Procura tener una postura corporal erguida, cómoda, con los hombros en posición de firmes, con la mirada hacia el frente, te ayuda a iniciar el día en óptimas condiciones.
14. HOY has tuyo el poder del amor, inicia el día amándote a ti mismo, reconcíliate con la vida, siéntete atractivo, gústate tú mismo, arréglate... ¡qué mejor motivo que la fiesta de la vida!
15. Goza del buen sentido del humor, sonreír, no sólo te ayuda a mantener relaciones saludables, también llena tu mente, cuerpo y espíritu de calidez, amor, bendiciones y… felicidad. El humor te lleva a comprender la vida profundamente y vivirla a plenitud, te hace mejor persona, hace que nazca en tu rostro la sonrisa, una línea recta... que todo lo endereza.
Apropósito de la felicidad y el buen sentido del humor el viejo campesino dice:
“El poder y el dinero no compran la felicidad… ¡PERO MUCHO AYUDAN A CONSEGUIRLA!”