
Apenas habían pasado unas horas desde que se supo que Marianne Gonzaga había sido liberada. Y fue entonces cuando Valentina Gilabert rompió el silencio.
A través de un video difundido en redes sociales, la joven influencer que sobrevivió a más de una decena de puñaladas reapareció con el rostro calmado, mirando a la cámara, y con palabras que sorprendieron a miles: “La perdono”.
La declaración no fue menor. Valentina hablaba por primera vez desde el ataque que casi le cuesta la vida la noche del 5 de febrero en la Ciudad de México. Confirmaba también lo que hasta ese momento circulaba solo como rumores en medios judiciales: que había existido un acuerdo legal con su agresora, quien ahora enfrentaría el resto de su condena en libertad.
Marianne Gonzaga, de 17 años al momento de los hechos, había sido detenida en flagrancia dentro de un departamento en la alcaldía Álvaro Obregón, luego de agredir con un arma blanca a Valentina Gilabert, actual pareja de su exnovio.
Los reportes médicos revelaron que Valentina fue herida al menos en 15 ocasiones: en el cuello, el tórax, las manos y el rostro. Las lesiones obligaron a trasladarla de urgencia a un hospital, donde fue sometida a múltiples cirugías reconstructivas. Estuvo en terapia intensiva. Su pronóstico fue reservado durante días.
Pese a la gravedad de los hechos, la agresora fue imputada únicamente por el delito de lesiones calificadas. La razón: su edad. Al ser menor de edad, el caso fue atraído por el Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, que impide procesarla como adulta, aun cuando las consecuencias de su ataque fueran potencialmente mortales.
Durante cinco meses, Marianne permaneció internada en el Centro Especializado para Mujeres Adolescentes de la Ciudad de México. Diversos reportes internos señalaban que se comportaba de manera tranquila, incluso participativa en los talleres del centro. Jamás fue acusada de intento de feminicidio. Tampoco de tentativa de homicidio.
La noche del 23 de julio, en una audiencia judicial especializada, el juez determinó que Marianne podía continuar su condena bajo la medida de “libertad asistida”. La Fiscalía capitalina confirmó que, aunque fue encontrada culpable, la sentencia permitía un cambio de régimen siempre que la adolescente cumpliera con ciertas condiciones: reparación del daño, seguimiento psicológico y comparecencias periódicas.
El monto económico pactado: más de 700 mil pesos.
Fue ese el precio que puso fin al proceso judicial. La joven que en febrero había sido sacada de los juzgados cubierta con la capucha de una sudadera, hoy salía en libertad tras cinco meses de encierro.
No hubo cámaras. No hubo comunicado oficial. Solo un documento judicial que autorizaba su salida. Y el video de Valentina.
Las palabras generaron reacciones encontradas. Algunos reconocieron su valentía. Otros cuestionaron cómo es que alguien podía quedar libre tras causar tanto daño con apenas una sanción económica.