
El instante del desastre
El reloj marcaba las dos de la tarde con veinte minutos y tres segundos del miércoles 10 de septiembre de 2025 cuando la cámara del C5 registró el momento exacto: una pipa de gas LP con capacidad de 49 mil 500 litros se impactó y volcó en el Puente de la Concordia, a la altura de la calzada Ignacio Zaragoza, en Iztapalapa.
De inmediato, una densa nube blanca de gas comenzó a expandirse. En cuestión de segundos, el aire se volvió irrespirable. Conductores y peatones apenas alcanzaron a reaccionar. Luego vino la explosión: un estruendo ensordecedor que sacudió el oriente de la capital y desató una columna de fuego visible a kilómetros de distancia.
El fuego avanzó sin control, alcanzando vehículos, camiones de carga y parte de la estructura del puente. El Trolebús Elevado de la Línea 10, que circulaba por la zona, se detuvo bruscamente. Pasajeros aterrados corrieron para escapar entre gritos y humo.
Caos, confusión y angustia
La escena se volvió dantesca. Automovilistas abandonaron sus vehículos para salvar la vida; vecinos de colonias cercanas llegaron con cubetas de agua y tierra para intentar sofocar las llamas. Heridos con quemaduras graves suplicaban ayuda, tirados en el pavimento, mientras otros eran arrastrados por transeúntes lejos del fuego.
El incendio alcanzó al menos 28 vehículos, entre ellos dos camiones de carga: uno que transportaba cemento y otro con cartón para reciclaje. El calor se sentía a metros de distancia. Testigos narraron cómo las llamas “tragaban” autos enteros en segundos.
La autopista México-Puebla quedó cerrada en ambos sentidos. Miles de conductores atrapados vieron cómo la vía se convertía en un escenario de tragedia.
Actualización oficial de víctimas
Con corte al mediodía del jueves 11 de septiembre, las autoridades confirmaron que el número de víctimas mortales ascendió a ocho y el número de lesionados a 94. Entre ellas siete menores de edad, incluido un bebé de un año y seis meses. Pero la tragedia no se detuvo en las víctimas pues comenzaron a surgir las versiones de los involucrados y a difundirse sus respectivos comunicados.
La contradicción de los seguros
Tras la explosión, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) reveló que la empresa Transportadora Silza, propietaria de la pipa, no contaba con póliza de seguro vigente.
En un comunicado oficial, la ASEA precisó:
“En lo que va de 2025, Transportadora Silza no ha ingresado ninguna solicitud relativa al registro de pólizas de seguro de responsabilidad civil ni de responsabilidad por daño ambiental para los permisos de transporte que amparan la actividad del semirremolque involucrado (…) Por lo tanto, a la fecha no se tiene registro sobre un seguro vigente ante la ASEA”.
Sin embargo, horas más tarde, la propia empresa difundió su propio posicionamiento en el que aseguró lo contrario:
“Extendemos nuestro sincero apoyo y acompañamiento a las personas afectadas y a sus familias (…) Hemos puesto en marcha los protocolos de apoyo y se han activado las tres pólizas de seguro con las que cuenta el tractocamión involucrado”.
Silza detalló también que tiene vigentes tres coberturas:
- Una póliza de Chubb Seguros México S.A., con vigencia del 10 de noviembre de 2024 al 10 de noviembre de 2025, que incluye daños a terceros, daño moral y daños ecológicos.
- Una con Qualitas, vigente del 15 de diciembre de 2024 al 15 de diciembre de 2025, por Responsabilidad Civil por daños a terceros.
- Y una tercera con AXA Seguros, vigente del 30 de noviembre de 2024 al 30 de noviembre de 2025, bajo el concepto de Responsabilidad Civil de Transportistas.
Grupo Tomza bajo la lupa
La explosión volvió a poner bajo los reflectores a Grupo Tomza, conglomerado gasero al que pertenece Silza, con un historial de señalamientos por prácticas monopólicas, corrupción y supuestos beneficios indebidos con Pemex.
El portal Vorágine publicó en 2017 el reportaje Familia Zaragoza: la corrupción huele a gas, donde se señaló que Tomza, fundado por Tomás Zaragoza Fuentes y continuado por sus hijos, controla más del 70% del mercado nacional de gas LP bajo distintas razones sociales: Unigas, Gasomático, Gas y Servicio, Gas Chapultepec y Gas Silza, entre otras.
El esquema le ha permitido mantener una posición dominante sin ser catalogado como monopolio formal. El grupo asegura contar con 101 plantas de gas, cinco terminales terrestres, dos marítimas, operaciones en 16 estados y presencia en América Latina.
El reportaje también documentó que Tomza acumula fortunas en el extranjero, opera con diferentes nombres para encubrir su dominio y que consumidores han denunciado durante años cargas incompletas en cilindros y tanques, con reducciones de hasta 15%, lo que representaría ganancias ilícitas cercanas a 50 millones de pesos mensuales.
Asimismo, se señaló que empleados de Tomza sobornaban a inspectores de Profeco para evitar sanciones y que quienes rechazaban el dinero eran amenazados.
En 2018, según la agencia Quadratín, el consorcio recibió descuentos del 34% en gas LP, muy por encima del promedio nacional de 13 a 15%, lo que habría significado pérdidas millonarias para Pemex.
Fiscalía CDMX: investigación en curso
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) informó en un inicio que ya abrió la respectiva carpeta de investigación en coordinación con el Gobierno capitalino, mientras sus primeros reportes apuntan a que, la pipa volcó en la curva, provocando una fuga y posteriormente una explosión cuya onda expansiva fue de gran magnitud.
Al cierre del 10 de septiembre, la fiscalía asentó en sus comunicados cuatro primeras víctimas mortales y 90 heridos, cifra que aumentó después. También aseguró que trabaja con peritos en criminalística, fotografía, química, incendios y explosiones, mecánica y seguridad industrial para determinar las causas del accidente.
Finalmente, indicó que su personal permanece en los hospitales ofreciendo atención integral a víctimas y familiares, incluyendo contención psicológica, acompañamiento jurídico y orientación social en colaboración con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAVI).
El chofer de la pipa
Sobre el conductor responsable, las autoridades lo identificaron como Fernando Soto Munguía, de 53 años, quien, según el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, resultó con 90% del cuerpo quemado. En su caso particular, primero fue llevado a un hospital en el Estado de México y posteriormente lo trasladaron al Hospital Magdalena de las Salinas del IMSS, donde se mantiene en estado grave.
Hospitales saturados
La emergencia provocó un ingreso masivo de pacientes en distintos hospitales:
- El ISSSTE atendió a 32 pacientes.
- El IMSS Bienestar recibió a 19.
- El Hospital General José María Morelos y Pavón reportó 17 ingresos.
- El Hospital Ignacio Zaragoza recibió a 11, varios en estado muy grave.
- En el Hospital Pediátrico de Tacubaya fue atendido el bebé de un año y medio.
- Los hospitales Balbuena y Rubén Leñero recibieron casos críticos.
Una ciudad paralizada
El incendio no solo dejó víctimas, también colapsó la movilidad en el oriente de la capital. La autopista México-Puebla permaneció cerrada durante horas en ambos sentidos, lo que generó caos en avenidas alternas.
El servicio del Trolebús Elevado y la Línea A del Metro se vio interrumpido. Miles de personas quedaron varadas mientras bomberos, Protección Civil y la Guardia Nacional sofocaban el fuego.
Al final de este 11 de septiembre, la ciudad contabiliza ocho muertos, 94 heridos, 28 vehículos calcinados, un chofer en estado crítico y una empresa bajo investigación por contradicciones sobre pólizas de seguro.
La imagen de las llamas bajo el Puente de la Concordia, los gritos de auxilio y los vecinos con cubetas de tierra quedará grabada como una de las tragedias más impactantes que ha vivido la Ciudad de México en los últimos años.