La relación entre el grupo Fuerza Regida y su disquera original, Rancho Humilde, atraviesa su momento más tenso tras una serie de demandas cruzadas que exponen un conflicto legal millonario y acusaciones de sabotaje dentro de la industria del regional mexicano.
En septiembre, la compañía dirigida por Jimmy Humilde demandó a la agrupación por presunto incumplimiento de contrato, alegando que los artistas realizaron colaboraciones no autorizadas y firmaron acuerdos independientes con Apple Music y Live Nation.
Sin embargo, un mes después, Fuerza Regida presentó una contrademanda, acusando al sello de retener millones en regalías y de intentar “sabotear activamente su carrera”, incluyendo su exclusión de las nominaciones al Latin Grammy 2024.
De acuerdo con documentos judiciales citados por Billboard y Agencia México, Rancho Humilde reclama pérdidas superiores a los 15 millones de dólares, asegurando que el grupo violó cláusulas de exclusividad al lanzar temas como “Qué Onda” con Calle 24 y Chino Pacas, y “Modo Capone”, con Pacas y Drake, que alcanzó el puesto 11 en la lista Hot Latin Songs.
El sello sostiene que el contrato firmado en 2018 le otorgaba participación en todas las ganancias por grabaciones y giras. Por su parte, Fuerza Regida acusa al sello de bloquear auditorías, retener grabaciones maestras y desviar ingresos mediante “acuerdos clandestinos”.
La banda también afirma que Jimmy Humilde habría presionado a Sony y Apple Music para obstaculizar proyectos clave, como su presentación en los Latin Grammy y la grabación de su concierto en Ciudad de México. En su demanda federal, exigen una compensación mínima de 25 millones de dólares.
El abogado del grupo, Kenneth D. Freundlich, señaló que Rancho Humilde y su fundador “han participado durante años en un descarado autoenriquecimiento a costa de Fuerza Regida” y calificó la demanda original del sello como “un acto de mala fe”.
Hasta ahora, Rancho Humilde no ha emitido postura oficial sobre las acusaciones, aunque la disputa se ha convertido en uno de los casos más mediáticos dentro del género regional mexicano, junto con la demanda paralela del artista Codiciado, quien también acusa al sello de infringir su propiedad intelectual al formar el grupo Los Codicia2 sin su consentimiento.
La batalla legal promete prolongarse en los tribunales estadounidenses, con implicaciones millonarias y un impacto potencial en la industria musical latina.