
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, fue enfático: Ovidio Guzmán López no está libre. Pese a los rumores que han circulado tras su acuerdo de colaboración con las autoridades estadounidenses, el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán continúa bajo custodia en Estados Unidos.
“Está confirmado que Ovidio no está libre. Sigue bajo custodia y en prisión. Fue detenido por autoridades mexicanas y entregado a Estados Unidos bajo el tratado de extradición”, dijo este martes 22 de julio durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El funcionario explicó que, aunque Guzmán López enfrenta cargos en territorio estadounidense, eso no cancela las cuentas pendientes que tiene con la justicia mexicana. Actualmente existe una orden de aprehensión vigente en México, que podría activar un nuevo proceso de extradición.
“Los delitos por los que se extradita a un acusado son aquellos cometidos en Estados Unidos o que afectan directamente a ese país. Eso no significa que aquí no enfrenten cargos. Ovidio también tiene una orden de aprehensión en México”, puntualizó Harfuch.
Las declaraciones ocurren días después de que Ovidio se declarara culpable de cuatro delitos relacionados con narcotráfico ante una corte federal en Chicago. Según fuentes judiciales, el también conocido como “El Ratón” habría firmado un acuerdo de cooperación con el Departamento de Justicia, lo que despertó versiones sobre una posible liberación o traslado a un penal de baja seguridad.
Pero el gabinete de seguridad federal insiste: “Hasta el día de ayer, tenemos confirmación de que sigue detenido”, subrayó Harfuch.
Ovidio Guzmán fue capturado en enero de 2023 en una operación encabezada por el Ejército Mexicano en Sinaloa, y extraditado meses más tarde. Desde entonces, ha enfrentado cargos por tráfico de drogas, incluidos envíos masivos de fentanilo hacia Estados Unidos.
El secretario de Seguridad precisó que, aunque el gobierno mexicano desconoce en qué tipo de penal se encuentra recluido actualmente, no hay evidencia de que esté en libertad o en condiciones de privilegio.
“No tenemos conocimiento si está en un centro de menor seguridad, pero sí sabemos que está bajo custodia”, reiteró.
La eventual repatriación de Guzmán dependerá, según dijo Harfuch, del desenlace del juicio que enfrenta en Estados Unidos. “No sería una repatriación, tendríamos que solicitar ahora una extradición, y eso depende del gobierno de Estados Unidos”, detalló.
El caso de “El Ratón” recuerda otras colaboraciones judiciales similares, como la de Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, o Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”. Este último, también mencionado en la conferencia matutina, fue señalado como autor intelectual del asesinato del periodista Javier Valdez.
Sobre “El Mini Lic”, Harfuch señaló que también permanece detenido en Estados Unidos, pese a que firmó recientemente un nuevo acuerdo de cooperación. “Delinquió allá, traficó fentanilo, fue arrestado nuevamente y, hasta donde sabemos, sigue en prisión. No hay información sobre su liberación”, dijo.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum aprovechó para recordar las inconsistencias del gobierno de Donald Trump, al que acusó de declarar a los cárteles como organizaciones terroristas mientras negociaba con sus integrantes. “Dijeron que no iban a negociar con terroristas, y ahora hacen acuerdos”, declaró.
Aunque el contenido del acuerdo firmado por Ovidio Guzmán no ha sido revelado oficialmente, su defensor, Jeffrey Lichtman, indicó que aún no está claro qué colaboración esperan las autoridades. Sin embargo, anticipó que la participación de su cliente podría incluir testimonio en juicios contra otros líderes criminales.
Periodistas como Arturo Ángel han señalado que el pacto incluye tres pilares: aportar información, brindar asistencia y testificar. Mientras tanto, el gobierno mexicano sigue de cerca cada paso del proceso.
La narrativa oficial insiste en que la lucha contra el crimen organizado no ha cesado y que figuras como Guzmán López seguirán enfrentando a la justicia, tanto dentro como fuera del país.
Y aunque las preguntas sobre su destino final se acumulan, el mensaje del Estado mexicano fue claro: Ovidio no está libre. Y México no descarta juzgarlo.