Además, este 2022 se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Colombia y Brasil, países donde las encuestas han mostrado un favoritismo por los partidos de izquierda.
Esta no sería la primera vez que políticos con perspectiva de izquierda dominan en América Latina, sin embargo en esta ocasión se está viendo un fenómeno nunca antes visto. Las elecciones de este año son claves y podrían marcar un hito en la región.
A finales del siglo pasado la izquierda comenzaba a ganar terreno, pero tuvo un rápido descenso. Ahora está resurgiendo otra vez y en esta nueva ola se enfrenta a dificultades como la pandemia de coronavirus, el aumento de la desigualdad y a niveles altos de pobreza.
A finales del XX inició un fenómeno político nunca antes visto en América Latina, la izquierda ganaba terreno. Con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1999 iniciaba una nueva ola en la región, la cual comenzó a fortalecerse luego de los triunfos de Ricardo Lagos en Chile, Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Alan García en Perú, Manuel Zelaya en Honduras, Rafael Correa en Ecuador y Fernando Lugo en Paraguay.
De acuerdo con el medio español ‘El Diario’, estos gobiernos estaban en contra del Consenso de Washington, con el cual se había implantado el neoliberalismo fuerte durante finales del siglo XX, esto ocasionó que incrementara de manera sorprendente la pobreza y desigualdad.
Pero este fenómeno político no duró mucho tiempo ya que poco a poco la izquierda comenzó a caer. En 2009 se realizó un golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras, mientras que en 2010 Sebastián Piñera, un político de derecha, ganó las elecciones en Chile.
El descenso de los gobiernos de izquierda seguía, luego de que en 2012 Fernando Lugo presidente paraguayo fue señalado por el Congreso por haber tenido un “mal desempeño de funciones”.
Y para 2015 la socialista Dilma Rousseff fue destituida y acusada por mal manejo de las cuentas públicas en Brasil. Finalmente, en 2016 Lenin Moreno cortó lazos con su maestro Javier Correa y Ecuador dio un giro a la derecha.
Con lo anterior, la izquierda y centro izquierda había caído en América Latina, quedando Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua como los únicos gobiernos que se mantenían con esa perspectiva ideológica.
Pese a la caída que tuvo la izquierda hace algunos años, en 2018 hubo un nuevo giro y parte fundamental fueron las elecciones en México, donde ganó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Posteriormente tomarían el poder Laurentino Cortizo en Panamá, Alberto Fernández en Argentina y Luis Arce en Bolivia.
Hasta estos momentos hay 12 países de Latinoamérica que tienen presidentes que se dicen de izquierda y centroizquierda, incluyendo a Gabriel Boric quien ganó las elecciones en Chile a finales del año pasado.
Si Gustavo Petro y Lula da Silva ganan las elecciones en Colombia y Brasil, las seis principales economías de América Latina serían de izquierda.
Un hecho histórico que marcó a México fue el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales del 2018. Un año después ganó un gobierno de centroizquierda en Panamá encabezado por Laurentino Cortizo. También asumió el poder ese año Alberto Fernández.
En 2020, Luis Arce fue electo presidente de Bolivia y continuará el legado de Evo Morales, quien fue destituido en 2019. En 2021, Pedro Castillo obtuvo la presidencia de Perú luego de derrotar a Keiko Fujimoro.
Mientras tanto, en Honduras ganó Xiomara Castro, una candidata socialista quien logró vencer al partido conservador. Y a finales del 2021, Gabriel Boric se llevó las elecciones de Chile y prometió aumentar los impuestos a los ricos para ampliar las pensiones y los servicios sociales. Sin embargo, este fenómeno no está presente en toda la región, ya que en las últimas elecciones El Salvador, Uruguay y Ecuador votaron por un gobierno de derecha.
Los discursos de estos gobiernos izquierdistas es acabar con la desigualdad y lograr una distribución más equitativa de la riqueza, no obstante los presidentes han tenido limitaciones económicas, lo cual incrementó con la llegada de la pandemia de coronavirus.
Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos, declaró para ‘The New York Times’ que nunca había visto a una América Latina dominada por líderes de izquierda y antiestadounidenses.
En entrevista para RTVE, el politólogo Mario Torrico comentó que estos cambios son normales debido al descontento de los ciudadanos, quienes buscan votar por la oposición. Factores clave para este ascenso fueron situaciones internas y los estragos de la pandemia.
Cabe recordar que, ante el aumento de la desigualdad, la pobreza, el descontento con la democracia y la corrupción, en 2019 hubo estallidos sociales en Ecuador, Chile y Colombia, donde se registraron violaciones a los derechos humanos y represión.
Por otra parte, crecieron la pobreza y la desigualdad en América Latina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó en 2021 su informe anual sobre los índices de pobreza extrema, el cual aumentó un 13.8 por ciento.
“Pese a la recuperación económica experimentada en 2021, los niveles relativos y absolutos estimados de pobreza y de pobreza extrema se han mantenido por encima de los registrados en 2019, lo que refleja la continuación de la crisis social. La crisis también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad en que vive buena parte de la población en los estratos de ingresos medios, caracterizados por bajos niveles de cotización a la protección social contributiva y muy baja cobertura de la protección social no contributiva”, señala el informe anual Panorama Social de América Latina 2021.
Eric Hershberg, director del Centro de Estudios Latinoamericanos, citado por ‘The New York Times’, señala que también influyó la “sensación generalizada” que se tiene sobre las élites, las cuales se han enriquecido, sido corruptas y no actuaron por un interés común.
Este 2022 se realizarán elecciones en Colombia y Brasil, países clave en América Latina. Por una parte, en mayo habrá comicios presidenciales en Colombia, país socio de Estados Unidos y hasta el momento no ha tenido ningún gobierno de izquierda.
Las encuestas las lidera Gustavo Petro, un exguerrillero de izquierda. Petro busca terminar con los gobiernos liberales y tradicionales en Colombia, de lograr ganar la presidencia marcaría un hito en el país al desplazar a la derecha que siempre ha dominado.
Petro ha declarado que se inclina hacia el “progresismo” de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y al presidente electo Gabriel Boric en Chile, alejándose de la izquierda de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Mientras que en Brasil, ante el aumento de la pobreza y las pocas acciones tomadas por Jair Bolsonaro para combatir la pandemia generaron un gran descontento en la población, ocasionando que la derecha se debilitara para las elecciones que se realizarán en octubre de este año.
Uno de los candidatos predilectos es Lula da Silva, un político de izquierda que fue presidente en Brasil de 2003 a 2010 y se caracterizó por un gobierno que logró prosperidad.
Si Lula da Silva y Gustavo Petro arrasan en las elecciones, América Latina estaría viviendo una época nunca antes vista.
Los gobiernos de izquierda se han visto con dificultades para llevar a cabo sus estrategias y conseguir un verdadero cambio por el aumento de la inflación y con una economía estancada.
Asimismo, se debe tener en cuenta la pobreza, la cual está en los niveles más altos en los últimos 20 años. Con la pandemia de coronavirus se perdieron millones de empleos en la región y más del 50 por ciento de las personas se dedican al sector informal.
'The New York Times' indica que estos gobiernos tienen incluso más presión y dificultades que cuando surgió la primera ola en el 2000, puesto que ahora deben combatir deudas y precio de las materias primas estancadas.
De acuerdo con la cadena ‘BBC’, Rusia busca recuperar su estatus a nivel mundial, por lo que desde hace unos años el presidente ruso Vladimir Putin ha creado una estrategia en América Latina para contrarrestar el poder de Estados Unidos.
Mira Milosevich, investigadora del Real Instituto Elcano, explicó para la ‘BBC’ que América Latina es parte importante para Rusia por los lazos históricos con la Unión Soviética y principalmente por la cercanía geográfica con Estados Unidos.
La experta agregó que Vladimir Putin no se basa en la ideología para escoger a sus aliados en la región, como lo hizo la URSS en la Guerra Fría, sino que pretende diversificar sus relaciones exteriores, sin tener que abandonar sus objetivos geopolíticos.
“Vladimir Putin ve a América Latina como una zona que aún es importante para Estados Unidos […] así que esto es en reciprocidad por lo que está pasando en Ucrania”, comentó Vladimir Rouvinski, especialista en ciencia política, para The New York Times.
Fuertes lazos con Venezuela, Cuba y Nicaragua
Rusia ha formado fuertes lazos con Venezuela, Cuba y Nicaragua, en junio del año pasado el Kremlin prometió apoyarlos ante “amenazas externas”. Sergey Shoigu, ministro de Defensa ruso, aseguró que estos países necesitan ayuda de Moscú por la presión que experimentan actualmente.
Rusia se convirtió en uno de los principales aliados políticos y comerciales de Venezuela, primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro.
Tan sólo en marzo del año pasado, Rusia y Venezuela firmaron acuerdos de cooperación en materia alimentaria, financiera, energética, militar, científica, tecnológica y minera, logrando consolidar su alianza.
Mientras que Daniel Ortega, presidente de Nicaragua expresó en 2014 su apoyo a Rusia en los conflictos regionales, como el de Ucrania, y en las sanciones por parte de occidente.
Argentina y su salida financiera
Recientemente Vladimir Putin y Alberto Fernández, presidente de Argentina tuvieron una reunión, en la que el mandatario argentino se dijo agradecido por las vacunas Sputnik V y comentó que Rusia le extendió la mano cuando nadie más lo hizo.
“Estoy empecinado en que la Argentina tiene que dejar de tener esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y Estados Unidos”, le aseguró Fernández a Putin.
Parte de la estrategia de Rusia para obtener aliados en la región fue distribuir vacunas a los países latinoamericanos en un momento crucial, mientras la pandemia avanzaba rápidamente, los países ricos acaparaban todas las dosis, por lo que el Kremlin envió millones de vacunas a Argentina, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Venezuela y México.
En los últimos años, Putin ha incrementado su influencia en América Latina, buscando aliados estratégicos e intensificando lazos con países latinoamericanos que inicialmente eran cercanos a Estados Unidos.
Aunque los especialistas no tienen claras las intenciones de Putin, pues se ha hablado de despliegues de las milicias rusas en Venezuela o del intento de Rusia por recuperar su estatus de potencia mundial y disminuir el poder de Estados Unidos.
Ante este nuevo surgimiento, estos gobiernos quieren separarse de la izquierda de Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde la democracia se ha visto aplastada. Y en esta reciente ola, los presidentes Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega podrían buscar respaldo en la corriente izquierdista que está aumentando en la región.