
Más allá de demostrar que son un cambio para bien, solo demuestran su incapacidad para atender el Poder Judicial, una Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que se ha convertido en un mercado en donde más que argumento hay interrupciones simplemente por incomprensión.
A pesar de que el ministro presidente de la Corte, Hugo Aguilar, intenta mantener el orden y el desahogo profesional y con forme a derecho de los asuntos que llegan al Máximo Tribunal, hay de sus homólogos, quienes insisten en llevar la contraria dejando a un lado los derechos de las víctimas.
Hace unos día la ministra que se hace llamar del pueblo, Lenia Batres, ha sido quien en la mayoría de la veces ha confrontado por desconocimiento, por confusión y por cuestiones personales, al ministro Presidente de la Corte.
En su momento lo hizo luego de haber desconocido el término de “engrose” de proyecto: para evitar una nueva discusión, la ministra trató de exponer que debía de discutirse nuevamente, sin comprender que el engrose solo modifica la parte en cuestión, sin mayores premuras y sin mayor tiempo que invertir.
Ahora nuevamente volvió la ministra del pueblo a confrontar a su presidente del Poder Judicial: el Pleno discutía si debía mantener o renunciar al criterio que se ha considerado para invalidar leyes cuando no se consulta a comunidades indígenas o personas con discapacidad afectados en sus derechos.
Esto no fue lo que llama la atención, sino que algo tan simple, como definir esos criterios se convierte en discusiones sin fin, y sin sustento, que ridiculizan la labor de los importadores de justicia.
El momento más tenso llegó cuando el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz intentó cerrar la discusión con tono conciliador: “Procedemos de esa manera, nada está escrito en piedra”.
El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido quien más paciencia tiene ante el desconocimiento de la ley de algunos ministros que lo han dejado en evidencia en la sesiones públicas.
Las pocas veces que han podido coincidir en decisiones y posturas han sido significativas pues sólo ha ocurrido el primer día de labores del nuevo Poder Judicial, tal cual en la apertura de un mercado, ahí son amigos, los días venideros serás de chisme y critica, pero no de una diálogo de valor.