Si en algo podemos estar de acuerdo todos los
mexicanos, sin importar a qué candidato apoyemos, es en que estamos atravesando
por uno de los procesos electorales más importantes de la historia reciente de
nuestro país…
Es el más grande que ha habido… 98 millones y medio de personas en el padrón del INE… Se votarán más de 20 mil cargos de elección popular y es muy probable, casi seguro, que por primera vez México sea gobernado por una presidenta mujer… quedando enfrentados dos proyectos de nación… El oficialismo de la autodenominada “Cuarta Transformación” y el bloque opositor, que ha logrado aglutinar a los tres partidos políticos que tradicionalmente gobernaron al país…
Precisamente por todo lo que está en juego, resulta tan alarmante el enorme protagonismo que ha adquirido el crimen organizado en este proceso electoral… que de por sí, ya es el más violento de la historia… Los índices de agresiones y ataques son tan elevados que hacen pensar, y me duele mucho decirlo, en una narco-elección…
Las cifras son contundentes. De acuerdo con la organización Laboratorio Electoral, de junio de 2023, cuando arrancaron de manera anticipada las campañas, al 19 de abril de este año, se han registrado 174 casos de violencia electoral… Es decir, alrededor de un episodio violento cada dos días…
De estos casos, hubo 57 personas asesinadas, 30 de ellas aspirantes a un cargo... A más de un mes para el día de la votación, ya se igualó la cifra de aspirantes asesinados de las elecciones intermedias de 2021, que era la más letal de la que se tenía registro… Estos homicidios, por desgracia, han manchado a 13 de las 32 entidades del país…
Pero no sólo son los asesinatos… El mismo Laboratorio Electoral señala que ha habido 29 atentados, 77 amenazas y 11 secuestros…De febrero a la fecha, se registró un aumento de más del 200% en los casos de violencia… También se ha visto que los narcotraficantes no sólo atacan a los candidatos, sino también a sus familias…
Estos datos revelan que los grupos delictivos están diseñando diversas estrategias para determinar el rumbo de las elecciones en aquellos lugares que consideran convenientes… Trabajan de manera organizada para ejercer control en su territorio… Antes, la contienda se daba entre políticos. Ahora, con la participación del narcotráfico, la violencia electoral es sinónimo de violencia del crimen organizado…
Sin embargo, estas cifras, pese a ser alarmantes, resultan conservadoras si se comparan con las de la consultora Integralia, que registra 386 ataques contra políticos durante el actual proceso electoral, pues dichas agresiones se traducen en 501 víctimas… Es decir… 2 al día…
Otro problema muy grave es que esta mancha de sangre se extiende por todos los rincones del país… De hecho, según Integralia hay nueve estados que tienen un riesgo muy alto de que el crimen organizado intervenga en sus elecciones… Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Tabasco, el Estado de México y Veracruz… En otros seis, las probabilidades son muy altas… Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Chiapas y Morelos…
Y ahí donde crece la violencia, crece también el miedo… Tan solo en la última semana, 110 candidatos le pidieron protección especial al Gobierno Federal… Sumando 360 aspirantes que requieren una atención extraordinaria por parte de las fuerzas de seguridad…
Ante un panorama como este, resulta muy preocupante la actitud del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha pretendido minimizar el problema…
El narcotráfico se ha convertido en un actor muy relevante durante los comicios, y el presidente no quiere asumir el costo político y electoral incluso, de esta situación… Apenas el martes pasado, esto fue lo que dijo sobre el tema…
Si seguimos así, presidente, no vamos a ser los ciudadanos los que decidamos… Si este problema sigue creciendo, no va a ganar Morena ni el PRI ni el PAN ni el PRD ni ningún partido político… Si seguimos por este rumbo, va a perder la democracia y vamos a perder los ciudadanos. Si seguimos por esta ruta, el narcotráfico, capaz de incidir en las urnas, se va convertir en el verdadero ganador de las elecciones.
Yo soy Adela Micha.