De lo que no hay duda es de que los Poderes de la Unión están más confrontados que nunca y que se están moviendo al límite de lo que la ley les permite… Estamos entrando en una batalla legal y en una guerra de interpretaciones… Y, si no impera la prudencia y el respeto irrestricto al Estado de Derecho por parte de todos los actores involucrados, esto puede derivar en una de las peores crisis de gobernabilidad de las que se tenga registro… Ahora más que nunca, la ley debe ser ley… Y la política, más que confrontación, debe significar diálogo.