
David Kershenobich responsabiliza a los pacientes por las complicaciones en sus enfermedades, mientras familias exhiben demoras, falta de medicamentos y citas diferidas en hospitales públicos.
En un país donde agendar una cita con un especialista puede tardar meses y conseguir un medicamento oncológico depende de listas de espera, las palabras del secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, cayeron como un balde de agua helada para miles de pacientes.
La declaración, emitida durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, generó una ola de críticas y testimonios en redes sociales, donde pacientes y familias cuestionaron el señalamiento del funcionario y expusieron cómo los tiempos de espera, la saturación hospitalaria y la falta de insumos convierten una enfermedad tratable en un problema de vida o muerte.
El reclamo de las familias: “No llegamos tarde, nos atienden tarde”
Patricia Fernanda relató que uno de sus familiares lleva dos años esperando una cirugía de vejiga porque no hay anestesia, y otro más acumula un año en lista de espera para extirpar un lipoma en la nuca, retraso que atribuyó a la falta de médicos y a que los estudios preoperatorios caducan antes de recibir la llamada del hospital.
Aurora, paciente del ISSSTE, compartió cómo en marzo de 2023 un laboratorio privado le diagnosticó cáncer de colon con 98% de obstrucción intestinal. Acudió a su clínica de Satélite con los resultados el 15 de marzo y le pidieron esperar la cita de referencia al Hospital de Especialidades. El 17 de abril colapsó y tuvo que operarse de emergencia en una clínica privada, pagando la cirugía con sus ahorros. El ISSSTE la llamó hasta el 20 de junio para avisarle que su cita con oncología era para el 28 de junio.
“Los que llegan tarde no son los enfermos, son las atenciones del sistema de salud”, señaló.
Testimonios similares inundaron las redes: usuarios explicaron que, en el IMSS, las citas de seguimiento para enfermedades crónicas se programan cada cuatro meses, y en muchos casos no hay disponibilidad de medicamentos, camas ni reactivos para estudios esenciales.
“El problema no son las medicinas ni los hospitales saturados, son los enfermos”: la frase que encendió el enojo
Durante su intervención, Kershenobich insistió en que el principal reto del sistema de salud es la tardanza con la que los pacientes buscan atención:
“Los enfermos están llegando tarde, llegan cuando tienen ya las complicaciones.”
Para quienes esperan una consulta especializada o una cirugía, la frase fue interpretada como una falta de empatía con la realidad que enfrentan diariamente en hospitales públicos, donde la saturación de servicios, la falta de personal y la escasez de medicamentos complican la atención médica oportuna.
En redes sociales, usuarios cuestionaron el conocimiento del funcionario sobre la situación real en clínicas y hospitales. Mensajes como “¿Cómo quieren que lleguemos a tiempo si no hay doctores ni medicinas?” se multiplicaron durante el día.
La otra cara: vacunación y prevención
En el mismo espacio, Kershenobich anunció que la campaña de vacunación contra la influenza y COVID-19 comenzará en octubre, con el objetivo de preparar al país para la temporada invernal.
Además, informó que se ampliará la cobertura de la vacuna contra el sarampión para personas de hasta 40 años y para jornaleros migrantes, en un esfuerzo por prevenir brotes y proteger a poblaciones vulnerables.
Si bien estas medidas son parte de la estrategia de prevención, fueron opacadas por la polémica generada por la frase que dominó las discusiones del día.