No hay palabras para nombrar la indignación, el dolor y la rabia que despierta en todas nosotras el feminicidio de Liliana Guadalupe. Y es que las dos menores fueron víctimas de una cadena de pobreza, de abusos, de violencia sistémica y de falta de oportunidades, que describen perfectamente lo que viven muchísimas mujeres y niñas en nuestro país. Estos dos episodios ponen de relieve que en México se sigue asesinando y violando a las mujeres y a las niñas… Y que, por lo tanto, falta mucho, muchísimo por hacer.