
Pemex oculta la verdad y el presidente López Obrador no sólo lo sabe, sino que solapa esa farsa… El sol no se puede tapar con un dedo y un derrame de hidrocarburos tampoco… Sin embargo, el Presidente insiste en evadir la realidad con sus castillos de palabras, aunque la consecuencia sea una catástrofe ambiental… Y a pesar de que organizaciones ambientales y académicos exhibieron la verdad de los hechos, nada de eso importa en Palacio Nacional… La semana pasada, más de una veintena de organizaciones ambientalistas, entre las que está Greenpeace, revelaron que el geógrafo Guillermo Tamburini encontró evidencia de un derrame de hidrocarburos en el Golfo de México, del que por cierto no existía información pública… La extensión de esa mancha en el océano era de unos 400 kilómetros cuadrados, indicaron los activistas en un comunicado… Eso equivale, para que se den una idea, a dos veces el tamaño de la ciudad de Guadalajara… Ante la denuncia de los ambientalistas, Pemex respondió que el derrame ocurrió el 6 de julio y que lo notificó a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente… Como si eso minimizara el hecho de que no hubo ni un solo pronunciamiento público al respecto… Además, dijo que no era un derrame, sino una fuga de aceite por dos fisuras en la red de ductos de los campos Ek Balam del complejo Cantarell, donde en esos días hubo un incendio en una plataforma… Pemex también dijo que el volumen de combustible derramado fue de 58 metros cúbicos, o sea 365 barriles de petróleo, pero que se veía una mancha más grande porque la iridiscencia del líquido se había dispersado…. Seamos claros, aunque la información de Pemex estuviera en lo correcto, que no es el caso, hay estimaciones que indican que una gota de crudo es capaz de contaminar hasta 25 litros de agua… Imaginen el impacto de una mancha de hidrocarburos tan enorme en el mar…