
El martes 26 de agosto salió a la luz el documento completo que sella el destino judicial de Ismael Mario Zambada García, mejor conocido como “El Mayo”. La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York hizo público el acuerdo de culpabilidad que el fundador del Cártel de Sinaloa firmó en febrero pasado, aceptando de manera irrevocable su responsabilidad penal en dos procesos federales por narcotráfico y crimen organizado.
El expediente, revelado por la periodista Phoebe Eaton, confirma que el capo de 76 años se declaró culpable de operar una empresa criminal continua y de conspiración, delitos que implican penas obligatorias de cadena perpetua y un decomiso monetario de 15 mil millones de dólares. El texto incluye la firma del propio Zambada y la de sus abogados, así como la aprobación de fiscales de Nueva York, Texas y Florida.
Los cargos aceptados
El acuerdo precisa que Zambada admitió haber dirigido, durante más de cinco décadas, una red internacional de tráfico de drogas que movió al menos 1.5 millones de kilos de cocaína, además de grandes cantidades de heroína, fentanilo y metanfetaminas. Reconoció que la estructura se sostuvo mediante sobornos a policías, militares y políticos en México, y que para mantener el negocio se organizaron células dedicadas a asesinatos, secuestros y torturas.
En el expediente de Nueva York, el capo aceptó ser responsable de una “empresa criminal continua” bajo el título 21 del Código Penal de EE. UU., un cargo que conlleva cadena perpetua obligatoria. En el caso trasladado desde el Distrito Oeste de Texas, aceptó la conspiración para importar y distribuir cocaína en violación a la ley RICO.
La sentencia inevitable
El pacto firmado por las partes establece que las penas de ambos procesos pueden ser consecutivas, aunque el rango de condena según las guías de sentencia estadounidenses es inequívoco: cadena perpetua. La fiscal general de EE. UU., Pam Bondi, lo resumió el lunes anterior:
“El Mayo Zambada pasará el resto de su vida tras las rejas y morirá en una prisión estadounidense”.
El documento también marca un límite temporal: la sentencia definitiva será dictada el 13 de enero de 2026 por el juez Brian Cogan, el mismo que condenó a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El decomiso histórico
El capo aceptó un fallo de decomiso monetario por 15 mil millones de dólares, cifra que se cubrirá con dinero o propiedades bajo su control. En caso de incumplir, el gobierno podrá confiscar cualquier otro bien hasta cubrir el monto. El texto deja constancia de que Zambada se comprometió a colaborar para identificar activos y firmar los documentos necesarios que permitan su transferencia al gobierno de Estados Unidos.
Asimismo, el acusado deberá entregar un estado financiero completo de todos sus bienes sesenta días hábiles antes de la sentencia. El documento advierte que, si “El Mayo” oculta activos, se le podrán decomisar de forma automática, sin derecho a impugnar la decisión.
Renuncias legales y migratorias
El acuerdo estipula que Zambada renuncia a todo derecho de apelación y a presentar recursos futuros contra la sentencia. También admite que, al no ser ciudadano estadounidense, su condena implica deportación obligatoria a México, aunque este procedimiento se resolverá en un proceso migratorio independiente.
Pese a ello, el capo firmó su deseo de declararse culpable “incluso si la consecuencia es la expulsión automática de los Estados Unidos”.
Sin cláusulas de cooperación
A diferencia del caso de Ovidio Guzmán López, cuyo pacto judicial incluyó compromisos de cooperación, el acuerdo de Zambada no contempla beneficios a cambio de colaboración con las autoridades. Solo se centra en la admisión de culpabilidad, la condena de por vida, el decomiso y las renuncias procesales.
Su abogado, Frank Pérez, fue claro al cierre de la audiencia:
“La información de ‘El Mayo’ se queda con ‘El Mayo’”.
La confesión en la corte
El lunes 25 de agosto, en la Corte Federal de Brooklyn, Zambada apareció con el cabello blanco peinado hacia atrás, barba recortada y uniforme azul con overol naranja. Caminaba con dificultad y cojeaba levemente. Ante un tribunal abarrotado, rompió medio siglo de silencio:
“Durante 50 años he dirigido una gran red criminal… Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México”.
En un discurso de apenas cinco minutos, relató sus inicios en 1969 traficando marihuana y después cocaína; confesó las dimensiones del tráfico, las alianzas con productores colombianos y las rutas aéreas y marítimas. Finalmente pidió disculpas:
“Asumo la responsabilidad de todo y pido disculpas a todos los afectados por mis acciones”.
El final del mito
El acuerdo revela el ocaso del capo que durante décadas fue considerado un fantasma intocable. La propia Fiscalía dejó asentado que no presentará más cargos contra él por conductas cometidas entre 1989 y 2024, y que se retirarán las acusaciones pendientes en Illinois, California y Washington D.C.
El camino hasta esa confesión comenzó en julio de 2024, cuando Zambada fue detenido en Nuevo México en un operativo no coordinado con el gobierno mexicano, hecho que el propio presidente López Obrador calificó como un “secuestro transfronterizo”. Desde entonces, el Cártel de Sinaloa se fracturó, desatando enfrentamientos entre “La Chapiza” y “La Mayiza”.
Hoy, el capo que sobrevivió a generaciones de narcotraficantes y nunca había pisado una celda estadounidense se encuentra a la espera de su sentencia final. Firmó un documento que lo condena a morir en prisión, lo obliga a entregar su fortuna y derrumba medio siglo de mito criminal.
El acuerdo completo de culpabilidad, revelado este martes, marca no solo la caída definitiva de “El Mayo” Zambada, sino también el cierre de una era en la historia del narcotráfico en México.