
El Salvador tiene un nuevo modelo de educación. Se trata de un estilo de formación militar implementado desde el Ministerio de Educación. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, busca un cambio radical en la educación de El Salvador, aplicando a los estudiantes reglas de orden como acudir a la escuela con uniformes limpios y un corte de cabello adecuado.
Todo comenzó desde que Bukele sorprendió al nombrar ministra a la capitana de las Fuerzas Armadas, Karla Trigueros. Como primera acción emitió una normativa con la que busca fortalecer la disciplina en los centros educativos públicos.
La iniciativa se basa en la teoría de que en el pasado, las malas prácticas en centros educativos, como la rebeldía, mal vestuario y pésimo corte de cabello, fueron el germen de las temibles pandillas que por más de tres décadas aterrorizaron a los salvadoreños.
Las nuevas reglas establecen que los directores o alguna autoridad académica deberán situarse en los portones de entrada para recibir a los alumnos. Uno por uno deberán verificar de manera estricta cuatro aspectos: el uniforme debe estar limpio y ordenado; el corte de cabello debe ser “adecuado”; la presentación personal debe cumplir con estándares de pulcritud, y el ingreso debe realizarse de forma ordenada acompañado de un saludo respetuoso.
En el memorándum publicado por el gobierno, la funcionaria insistió en que los directores deben convertirse en referentes de disciplina y orden para estudiantes, docentes y personal administrativo, con el fin de garantizar un ambiente de respeto y convivencia.
De acuerdo con reportes periodísticos, estas reglas ya existían en El Salvador, pero con el tiempo se dejaron de cumplir y algunos maestros tenían miedo de disciplinar a los estudiantes, pues comenzaron a presentarse casos de abusos por parte de los padres de familia quienes llegaban a intimidar a los docentes. A raíz de esta situación el gobierno dijo que se agravó la rebeldía con la aparición de las maras o pandillas que prácticamente llegaron a controlar las escuelas.