 
                                        La ofensiva militar de Estados Unidos contra el narcotráfico en aguas internacionales ha dejado al menos 61 muertos en tan solo dos meses, en medio de crecientes denuncias por violaciones al derecho internacional y posibles ejecuciones extrajudiciales.
De acuerdo con reportes oficiales, entre el 2 de septiembre y el 29 de octubre de 2025, fuerzas estadounidenses realizaron 16 ataques letales contra embarcaciones y semisumergibles en el Caribe y el Pacífico. Las operaciones, dirigidas por el Departamento de Guerra y el Comando Sur, forman parte de la nueva estrategia antidrogas impulsada por el presidente Donald Trump bajo el concepto de “narcoterrorismo”.
Las acciones se han concentrado en zonas cercanas a Venezuela, Colombia, Ecuador, México y Centroamérica, y según autoridades regionales, la mayoría de las víctimas eran ciudadanos latinoamericanos: pescadores y tripulantes de pequeñas lanchas que, en algunos casos, habrían sido forzados a colaborar con organizaciones criminales.
El primer ataque registrado ocurrió el 2 de septiembre frente a las costas de Venezuela, cuando una lancha rápida fue destruida por misiles lanzados desde un avión estadounidense, dejando 11 muertos. Otro episodio, el 16 de octubre, desató indignación en Colombia y Ecuador, luego de que un semisumergible fuera atacado en aguas internacionales sin que se comprobara la presencia de droga o armas.
 
    
     
     
El más reciente y mortífero ocurrió el 28 de octubre, cuando cuatro embarcaciones fueron bombardeadas desde el aire a unos 800 kilómetros de las costas de Acapulco, con un saldo de 14 muertos y un sobreviviente.
Diversas organizaciones internacionales y gobiernos latinoamericanos han exigido explicaciones a Washington, señalando que las operaciones se realizan fuera del marco legal y sin coordinación con las autoridades locales.
Pese a las críticas, la administración Trump aseguró que continuará con los operativos “hasta erradicar las redes de narcoterrorismo en el hemisferio”. Sin embargo, analistas advierten que el creciente uso de fuerza letal en altamar podría escalar las tensiones diplomáticas y abrir una nueva etapa de confrontación entre Estados Unidos y América Latina.
