
Esta mañana en Washington, D.C., las puertas de la Corte Federal del Distrito de Columbia se abrieron no por los elevadores internos de custodia, sino por la entrada destinada a abogados, fiscales y público. Por ahí, esposado de pies y manos, con el uniforme naranja de presidiario y una camiseta blanca debajo, apareció Abigael González Valencia, alias “El Cuini”. Un error técnico en los ascensores lo obligó a recorrer ese pasillo inusual, dejando ver al hombre que durante una década peleó su extradición desde México.
El líder de Los Cuinis y cuñado de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, entró con el cabello y la barba crecidos, ya con canas visibles, y dos tatuajes de tiburones en el brazo derecho que quedaron expuestos ante la prensa. Sus ojos miraban hacia la banca donde lo esperaba su nuevo abogado, el exfiscal federal Robert Feitl. Apenas tomó asiento, se inclinó hacia él y, con un tono audible hasta los reporteros, soltó una frase breve: “Llevo dos días sin hablar con nadie”.
Una audiencia breve, pero con peso histórico
La audiencia duró apenas 15 minutos. La jueza Beryl A. Howell, la misma que sentenció a “El Menchito”, hijo del líder del CJNG, abrió el procedimiento con un saludo formal:
— “Buenos días, señor González Valencia”.
— “Buenos días, su señoría”, respondió el acusado, con voz tranquila.
La formalidad escondía la magnitud de lo que se revelaría enseguida. La fiscal Andrea Goldbarg informó que el Departamento de Justicia ya contaba con más de 76 mil documentos y miles de grabaciones en español de comunicaciones interceptadas. Todas, aseguró, serán presentadas como prueba de los delitos que se le imputan: crimen organizado, tráfico de cocaína y metanfetamina, y uso de armas de fuego.
El cambio de defensa y las condiciones médicas
En la misma sesión, se notificó que González Valencia había despedido a su abogado anterior, Rubén Oliva, y nombró a Feitl como representante legal. Este último, un expolicía y exfiscal que aprendió español para defender a sus clientes, explicó que había tomado el caso desde 2018, cuando “El Cuini” estaba en el penal de El Altiplano.
La defensa también solicitó a la jueza reducir las restricciones carcelarias debido a que su cliente padece hipertensión y arrastraba una cirugía pendiente en México. Howell instruyó a los marshalls federales a notificar al servicio médico del reclusorio para dar seguimiento a su estado de salud.
El hombre detrás del mito financiero
Detrás del uniforme naranja estaba el cerebro financiero del CJNG. La DEA lo describió como uno de los capos más astutos para el lavado de dinero, capaz de invertir millones de dólares en bienes raíces y negocios sin dejar huella en registros oficiales. Bajo su mando, Los Cuinis se convirtieron en la facción más rica del narcotráfico mexicano, traficando toneladas de cocaína hacia Europa, donde el valor en euros multiplicaba las ganancias.
En su historial también figura un papel polémico en México: durante años fue reconocido como testigo colaborador en el caso Ayotzinapa, lo que retrasó su entrega a Estados Unidos. Pero en agosto de 2025, el gobierno de Claudia Sheinbaum lo incluyó en el segundo grupo de 26 narcotraficantes entregados a la administración de Donald Trump.
Un proceso catalogado como “complejo”
La jueza Howell fijó la próxima audiencia para el 24 de octubre, cuando se determinará la designación del caso como “complejo”. De ser aceptado, se detendría el reloj de los juicios abreviados y se ampliaría el tiempo para que fiscales y defensa revisen pruebas, testimonios y, eventualmente, negocien un acuerdo.
Washington asegura que los cargos en su contra se sostienen con evidencia sólida: conversaciones de BlackBerry entre “El Cuini”, “El Mencho” y “El Menchito”, donde discutían cargamentos de cocaína, rutas marítimas y terrestres, deudas y pagos de socios. Esos archivos, junto con decenas de testigos y la experiencia previa de la jueza en casos ligados al CJNG, marcan un escenario adverso para el acusado.
De Puerto Vallarta a Washington
El camino hasta esta corte comenzó en marzo de 2015, cuando fue detenido en Puerto Vallarta. Desde entonces intentó impedir su extradición con recursos legales y amparos, alegando incluso el principio de no ser juzgado dos veces por el mismo delito. Tras pasar por penales de máxima seguridad en México, finalmente fue trasladado a Estados Unidos en agosto de 2025.
El gobierno estadounidense lo señala como pieza clave para financiar al CJNG y asegurar su expansión internacional. Si bien no enfrenta cargos directos por lavado de dinero, los fiscales sostienen que sus inversiones permitieron que la organización criminal siguiera creciendo aún después de su retiro parcial del tráfico.
El cierre de la primera escena
Al final de la breve audiencia, los marshalls federales escoltaron a “El Cuini” de regreso a las celdas. Su figura encadenada, los tatuajes a la vista y el saludo breve a la jueza marcaron el inicio formal de un proceso que podría sellar el destino del hombre que durante años movió millones de dólares desde la sombra.
La corte de Washington será ahora el escenario donde se decida si Abigael González Valencia, alguna vez considerado el narcotraficante más rico del mundo, pasará el resto de su vida tras las rejas en Estados Unidos.