
Gracias a la tecnología y memoria histórica, a más de 300 años de haber sido tragada por la selva, la ciudad maya Sak-Bahlán, conocida míticamente por ser el último bastión de los lacandones rebeldes en Chiapas, podría haber sido localizada gracias a expertos en arqueología.
“El lugar fue abandonado en 1721 y devorado por la selva, hasta que ahora, pasados tres siglos, el Proyecto Arqueológico Sak-Bahlán, codirigido por los doctores Brent Woodfill y Yuko Shiratori, de las universidades de Winthrop, Estados Unidos, y Rissho, Japón, considera haber encontrado la “tierra del jaguar blanco””, expone la investigación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las investigaciones a punta que desde 1999 los arqueólogos había buscando la forma de localizar esta tierra maya rebelde, pero no habían tenido éxito.
“El sitio fue inscrito por la iniciativa de investigación, que cuenta con el aval del Consejo de Arqueología del INAH, como “Sol y paraíso. Probablemente, Sak-Bahlán”, en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos”, expone el INAH.
El especialista del Centro INAH Chiapas, Josuhé Lozada, explica que, en este lugar los lacandones-ch’olti’es mantuvieron su independencia durante 110 años, después de que su capital, Lacam-Tún (“Gran Peñón”), fuera tomada por los españoles, en 1586.
“A partir de esos lugares mencionados, los cuales tenía georreferenciados, hice una conversión de los cuatro días referidos, desde algún punto del río Lacantún hasta Sak-Bahlán”, explica.
El modelo predictivo realizado por el arqueólogo, que será dado a conocer en el próximo número de la revista Chicomoztoc, fue la brújula para el proyecto de investigación que contó con financiamiento de Discovery Channel. La travesía es el eje del documental Discovering the hidden mayan city: Sac Balam.