
Capturan a “El Chispa”, tercer implicado en la masacre del bar Los Cantaritos en Querétaro
La madrugada del 22 de agosto cayó José Luis “N”, alias “El Chispa” o “El Snoopy”, señalado como autor material de la matanza de 10 personas en el bar Los Cantaritos. Con su captura se cierran las órdenes de aprehensión por uno de los crímenes más sangrientos en Querétaro.
La madrugada aún no clareaba en Querétaro cuando un convoy de patrullas y vehículos militares irrumpió en la colonia Santa Mónica. Los vecinos apenas alcanzaron a asomarse por las ventanas: hombres encapuchados descendían con armas largas, rodeaban una vivienda y entraban con violencia contenida.
Minutos después, el fiscal Víctor Antonio de Jesús Hernández confirmaba la noticia: había sido capturado José Luis “N”, alias “El Chispa” o “El Snoopy”, señalado como uno de los autores materiales de la masacre en el bar Los Cantaritos, ocurrida el 9 de noviembre de 2024.
Un operativo quirúrgico
La detención no fue casual. Formó parte de un despliegue mayor: 13 cateos simultáneos en distintos municipios del estado, con la participación de la Policía de Investigación, Guardia Nacional, Ejército, policías estatales y municipales.
El objetivo central era él: “El Snoopy”, considerado objetivo prioritario y generador de violencia. Con la orden de aprehensión en la mano, los agentes lo sacaron del inmueble mientras vecinos grababan en silencio con sus teléfonos.
Además de su captura, se aseguraron armas, droga y cuatro personas más ligadas a la misma estructura delictiva.
El último de los tres
Con su caída, suman tres los presuntos autores materiales detenidos por la masacre de Los Cantaritos. Los primeros fueron arrestados apenas días después del ataque, en noviembre de 2024.
El fiscal lo dijo con firmeza en conferencia: “Con este resultado se cumplen las tres órdenes de aprehensión. Nuestro compromiso es con las víctimas y sus familias”.
“El Chispa” enfrentará cargos por el homicidio de 10 personas y la tentativa de homicidio de otras 10, heridos durante la balacera.
La noche que estremeció a Querétaro
Eran las 9 de la noche del sábado 9 de noviembre de 2024. En el bar Los Cantaritos, sobre la avenida Manuel Gómez Morín, la música y las conversaciones competían con el ruido de vasos y botellas. De pronto, una camioneta se detuvo afuera.
Tres hombres descendieron con rifles en las manos. Sin mediar palabra comenzaron a disparar contra los clientes. Otro más se quedó al volante.
En menos de un minuto, el lugar se convirtió en un campo de muerte: 10 personas quedaron sin vida —7 hombres y 3 mujeres—, 13 más resultaron heridas.
Las cámaras de seguridad y los videos de testigos captaron la brutalidad: uno de los atacantes volvió sobre sus pasos para rematar a quienes yacían en el suelo. El eco de los disparos quedó grabado en redes sociales como testimonio de la masacre.
La versión oficial
Días después, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que los atacantes “iban por una persona”. El entonces secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, precisó que el objetivo era Fernando “N”, presunto integrante de un grupo criminal rival.
El ataque, dijo, estaba relacionado con otra agresión en Guanajuato donde murieron tres personas. Una guerra de facciones que alcanzó a Querétaro, hasta entonces considerado un estado con índices más bajos de violencia.
Las primeras detenciones
El 21 de noviembre de 2024, apenas 12 días después del ataque, la Fiscalía anunció la captura de dos hombres implicados. Desde entonces enfrentan proceso con la posibilidad de pasar hasta 50 años de prisión por cada víctima.
En marzo de 2025, derivado de un nuevo operativo se logró la detención de nueve integrantes de una célula criminal vinculada al ataque. Entre ellos, Sandra “N”, alias “La Patrona”, señalada como enlace operativo para la compra y distribución de droga.
Justicia pendiente
La captura de “El Snoopy” parecía inevitable. Era el último en la lista. Ahora, enfrentará un proceso donde las familias de las víctimas esperan respuestas.
Las sillas vacías y las ausencias de aquella noche del 9 de noviembre siguen pesando. Los deudos recuerdan a las víctimas: jóvenes que acudieron a pasar una noche de diversión, trabajadores que cerraban la semana, mujeres que solo acompañaban a amigos. Ninguno regresó a casa.
Un caso que marcó a Querétaro
La masacre de Los Cantaritos rompió con la imagen de Querétaro como “isla segura”. Las imágenes de cuerpos tendidos en el suelo de un bar, en una avenida transitada, sacudieron la percepción de la ciudadanía.
Las autoridades estatales reconocieron entonces que era necesario replantear la seguridad en zonas de bares y restaurantes. Desde la tragedia, los operativos se multiplicaron en el estado. Según la Fiscalía, en lo que va de 2025 se han realizado más de mil 100 cateos, duplicando los aseguramientos de años anteriores.