Dos disparos rompieron la calma en la colonia El Cariño. Eran poco después de las dos de la tarde cuando la camioneta blanca en la que viajaba Gabriela Mejía, exalcaldesa priista de Cuauhtémoc, Colima, se detuvo frente a una vivienda de esa zona. Nadie imaginó que ese momento pondría fin a su vida y a una trayectoria política iniciada casi una década atrás.
Tenía 34 años, dos hijos pequeños y una carrera activa dentro del Partido Revolucionario Institucional. En el asiento del copiloto iba su hermano, quien resultó herido. Ella murió en el lugar. El ataque fue directo y con arma de fuego.
Los hechos ocurrieron este martes, alrededor de las 14:00 horas. De acuerdo con los primeros reportes, dos hombres en motocicleta se acercaron al vehículo, dispararon varias veces y huyeron sin dejar rastro. Los vecinos escucharon las detonaciones y alertaron a las autoridades.
Agentes estatales y paramédicos confirmaron la muerte de la exalcaldesa. Su hermano fue trasladado a un hospital local bajo resguardo policial.
La Fiscalía General del Estado de Colima informó que abrió una carpeta de investigación con perspectiva de género. Peritos y agentes de investigación levantaron casquillos, tomaron registros fotográficos y revisaron cámaras cercanas. “Se trabaja de manera coordinada con instituciones estatales y federales para esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los responsables”, indicó la dependencia.
Gabriela Mejía presidió el Ayuntamiento de Cuauhtémoc entre 2021 y 2024. Militaba en el PRI desde 2016, cuando asumió la dirigencia local del partido. Más tarde ocupó cargos en la estructura estatal y participó en el sector femenil de la organización. En 2023 buscó reelegirse, pero no obtuvo el triunfo; desde entonces ocupaba un espacio como regidora del Cabildo.
Durante su gestión al frente del municipio se concentró en temas de infraestructura básica y servicios públicos. Supervisó directamente obras en la zona centro y en comunidades rurales, y mantenía una agenda constante con productores y representantes locales.
En junio pasado fue nombrada presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en Colima, donde continuaba realizando trabajo partidista y actividades de enlace político.
El asesinato ocurre en un estado que desde hace varios años encabeza los índices nacionales de homicidio. Entre enero y agosto de 2025, Colima registró 404 víctimas de asesinato doloso, de acuerdo con cifras oficiales. Con una población inferior al millón de habitantes, mantiene la tasa de homicidios más alta del país.
En 2024, la capital estatal fue catalogada como la segunda ciudad más violenta del mundo. En los últimos tres años, la entidad ha sido escenario de enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y una facción local vinculada al Cártel de Sinaloa, que operan en municipios como Cuauhtémoc, Tecomán y Manzanillo.
La gobernadora Indira Vizcaíno Silva condenó el asesinato a través de sus redes sociales. “Expreso mi repudio y mi pesar ante este hecho de violencia. He exigido a la Fiscalía una investigación exhaustiva y expedita; y a la Secretaría de Seguridad Pública, colaboración total en la investigación”, publicó.
Agregó: “Las y los colimenses rechazamos la violencia; debemos mantenernos unidas y unidos ante quienes buscan arrebatarnos la tranquilidad.”
El Partido Revolucionario Institucional también lamentó el homicidio de su militante. En un comunicado, afirmó que “Gabriela fue una mujer comprometida con su comunidad” y pidió que el caso no quede impune.
El Observatorio de Participación Política de las Mujeres solicitó que la investigación se realice bajo el protocolo de violencia política de género y que la Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia contra las Mujeres atraiga el expediente.
El 29 de septiembre, Gabriela Mejía publicó en su perfil de Facebook una fotografía cargando a su hija recién nacida. “Mi segunda bendición”, escribió. Dos semanas después, fue asesinada.
La noche del martes, mientras peritos continuaban las diligencias, un grupo de mujeres encendió veladoras en la explanada del Ayuntamiento de Cuauhtémoc. No hubo discursos ni convocatoria formal. Entre flores y fotografías, alguien dejó una cartulina con tres palabras escritas a mano: “Justicia para Gabriela.”
Hasta el cierre del día, la Fiscalía no había informado sobre detenciones. El cuerpo fue entregado a su familia la misma noche del crimen. El sepelio se realizará este miércoles en Cuauhtémoc, bajo resguardo policial.
Con este caso, Colima suma siete asesinatos de funcionarios, exfuncionarios o aspirantes a cargos públicos en lo que va del año.