
El arresto de Mario Alexander “N”, mejor conocido como "El Piyi", jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán, uno de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, ha sido un golpe significativo para las fuerzas de seguridad en Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención de este caso es el papel inesperado que tuvieron los corridos tumbados en su captura. Esta música popular, interpretada por artistas como Peso Pluma, Tito Double P y Larry Hernández, se ha convertido en una herramienta involuntaria que reveló detalles clave sobre el narcotraficante.
La canción “La People II”, interpretada por Peso Pluma y Tito Double P y perteneciente al álbum “Génesis”, menciona abiertamente a "El Piyi" y su número en clave, el “27”. Esta referencia, aparentemente inofensiva para los fanáticos de la música, resultó ser una pieza clave para las autoridades que investigaban al miembro del cártel de Los Chapitos. A pesar de que Mario Alexander “N” mantenía un perfil bajo, las letras de estos corridos comenzaron a desentrañar su identidad y sus actividades dentro del crimen organizado.
El éxito de Peso Pluma en el género de los corridos tumbados ha sido meteórico, y su estilo se caracteriza por letras que narran la vida de los narcotraficantes, sus hazañas, enfrentamientos y lujos. En el caso de “El Piyi”, las canciones no sólo mencionan su alias y su rol como sucesor de Néstor Isidro Pérez Salas, "El Nini", sino que también retratan un estilo de vida rodeado de conflictos armados, armas de lujo y lealtades dentro del mundo del narcotráfico.
“En la capital le quitaron un hombre y un buen elemento, ni modo, así es esto, recuerden y atentos, saben que, se pueden abrir, esas rejas de acero 27 y Piyi cuídenme el terreno a la familia y a los viejos”, canta Peso Pluma en “La People II”, haciendo clara alusión a "El Piyi". Esta línea insinúa no solo el nivel de influencia de este personaje dentro del cártel, sino también su importancia en la red de poder y relaciones que mantiene la organización.
La influencia de los corridos tumbados no se limita solo a Peso Pluma. Otros artistas como Larry Hernández y Los Caimanes de Sinaloa también han compuesto canciones que mencionan a "El Piyi". En "El Corrido del Piyi", de Larry Hernández, se escucha: “Mucho gusto, a mí me apodan El Piyi y aquí andamos bien atentos a la orden del jefe Iván”. Esta letra, como otras, ha servido para dibujar un perfil de Mario Alexander “N”, describiéndolo como un hombre leal y un sicario al servicio directo de Los Chapitos.
La detención de "El Piyi" se llevó a cabo el 19 de septiembre de 2024 en la colonia Santa Fe, al oeste de Culiacán, durante un operativo conjunto del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional. Durante la captura, se empleó un helicóptero Black Hawk y se logró aprehender a seis de sus hombres, quienes estaban armados. Las autoridades federales confirmaron que "El Piyi" era uno de los generadores de violencia más fuertes en la región, y su arresto representa un importante logro en la lucha contra el crimen organizado en Sinaloa.
El impacto de los corridos tumbados va más allá del entretenimiento. Las letras se han convertido en una especie de crónica contemporánea del narcotráfico, detallando eventos, nombres y situaciones que muchas veces son desconocidos para el público en general pero que resultan cruciales para las autoridades. A través de estas canciones, los artistas han dejado al descubierto parte de la estructura y jerarquía del cártel, convirtiendo sus melodías en una especie de mapa musical del crimen organizado.
No obstante, la popularidad de los corridos tumbados también ha suscitado críticas y preocupaciones sobre la glorificación de la violencia y el narcotráfico. Aunque los artistas afirman que sus canciones son solo un reflejo de la realidad que se vive en muchas partes de México, es evidente que la línea entre la música y la vida real es cada vez más difusa.
La detención de "El Piyi" es un recordatorio de que la música, incluso de manera no intencional, puede jugar un rol en la lucha contra el crimen organizado. Mientras los corridos tumbados continúan ganando popularidad, también se convierten en documentos sonoros que registran los movimientos y actividades de personajes clave en el mundo del narcotráfico. La captura de Mario Alexander “N” podría ser solo el comienzo de una tendencia en la que las melodías revelen más de lo que los protagonistas quisieran ocultar.