
Una disculpa que se volvió viral
El 19 de agosto de 2025, en el Estadio Bridgestone de Nashville, Tennessee, la multitud aguardaba el siguiente movimiento de Katy Perry, en medio de su The Lifetimes Tour. Luces, pantallas gigantes y un coro de voces acompañaban a la cantante estadounidense cuando, de pronto, un joven mexicano vestido con un llamativo disfraz de gato —el mismo felino que identifica una de las fragancias de Perry— apareció en escena.
Su nombre era Orlando, originario de Monterrey, y había sido seleccionado entre la audiencia para compartir unos segundos con la artista. La sorpresa no fue solo su disfraz, sino las palabras que lanzó con seriedad y humor a la vez:
“En nombre de todo México, te ofrezco una disculpa por lo que viviste en Venga la Alegría”.
El silencio inicial del público se rompió enseguida en risas pues la intérprete de “Roear” pronunció una frase que se volvería viral: “Sí, deberían disculparse”.
La complicidad quedó sellada con carcajadas, aplausos y gritos que inundaron el recinto.
De la incomodidad televisiva al escenario internacional
Lo que Orlando hizo en Nashville tenía raíces profundas en un episodio ocurrido casi un año antes. En noviembre de 2024, Katy Perry había visitado el programa matutino Venga la Alegría de TV Azteca, en la Ciudad de México, como parte de la promoción de su gira.
Su presencia en el set se convirtió rápidamente en tendencia. Allí, entre homenajes improvisados y dinámicas que buscaban entretener, la artista fue puesta en situaciones poco convencionales: bailar coreografías inesperadas, participar en un lip sync de sus mayores éxitos interpretado por las conductoras, subir a un microbús adornado con globos para simular escenas del transporte público mexicano e incluso actuar situaciones tan absurdas como “haber tapado un baño”.
Aunque Katy se mostró sonriente y agradecida en todo momento —al punto de decir “Esto fue más allá. Lo hicieron fantástico, ¿ensayaron muchas horas?”—, para millones de televidentes la escena transmitió otra cosa: incomodidad. La percepción de que la estrella internacional no estaba disfrutando del todo lo que ocurría en el foro se esparció como pólvora en redes sociales, generando memes, críticas y debates.
Orlando, la voz de una disculpa colectiva
Esa incomodidad se transformó en conversación digital durante meses. Videos del programa circulaban una y otra vez, acompañados de comentarios que cuestionaban el tipo de bienvenida que se le había dado a la cantante en un país que, según muchos, la debía recibir de otra manera.
Fue esa ola de comentarios la que Orlando decidió encarnar en Nashville. Vestido de gato, con el corazón latiendo a la velocidad de la música, tomó el micrófono frente a miles de personas y, con acento regiomontano, lanzó la frase que parecía resumir la voz colectiva de las redes: una disculpa.
Su gesto no fue aislado ni improvisado. Fue un símbolo de cómo los momentos virales se transforman en parte del guion no oficial de una estrella internacional que, más allá de las giras y las cámaras, arrastra la memoria de lo que vivió en cada país.
Con la ironía que la caracteriza, miró al joven y repitió: “Sí, deberían disculparse”. El público estalló en carcajadas, y Orlando, sin perder la oportunidad, replicó con un “Te entiendo, te amo mucho” que desató más risas y aplausos.
Pero el momento no quedó en el sarcasmo. Enseguida, la cantante cambió el tono y regaló una declaración que transformó la escena en algo más emotivo:
“Siempre volvería a México, porque amo México… ¡Viva México!”.
El estadio entero respondió con euforia. Las luces, los gritos y los celulares en alto inmortalizaron ese instante, que horas después sería repetido millones de veces en TikTok, Twitter y Facebook.
La disculpa en pleno concierto no habría tenido el mismo impacto sin el contexto de noviembre de 2024 cuando estuvo de visita en el programa de televisión Venga la Alegría. Ahí las conductoras recrearon los icónicos videos de Katy con vestuarios llamativos y movidas coreografías. Ella sonrió, agradeció y aplaudió, pero las imágenes que circularon mostraban también gestos de desconcierto.
La escena del microbús fue especialmente recordada: Perry, con globos a su alrededor, imitaba a pasajeros mexicanos mientras gritaba “¡Bajan!”. Para algunos fue un momento divertido; para otros, un ejemplo de lo que no debía hacerse con una artista internacional.
Las críticas en redes sociales fueron duras: se acusó al programa de ridiculizar a la cantante, de sobrepasar límites y de proyectar una imagen equivocada de México. En cuestión de horas, el episodio se convirtió en uno de los temas más comentados en el país.
El cierre simbólico en Nashville
Cuando Orlando subió al escenario en agosto de 2025, ese recuerdo estaba vivo. Por eso, su disculpa fue interpretada como un gesto colectivo. Lo que había comenzado como una polémica televisiva terminó encontrando un cierre simbólico en medio de un concierto en Estados Unidos, frente a miles de fanáticos.
El comentario de Katy, primero con ironía y luego con cariño, mostró dos caras de la artista: la que sabe reírse de lo ocurrido y la que, pese a todo, mantiene un afecto profundo por México.
“¡Viva México!”, gritó, y la multitud aplaudió con fuerza.