
La crisis de COVID-19 orilló a múltiples diseñadores a buscar alternativas a las pasarelas presenciales durante sus desfiles 2020. Marcas como Christian Dior, KidSuper y Moschino optaron por utilizar muñecas, marionetas y títeres, para sustituir tanto a modelos como al público presente.
París ya se había consolidado como la gran capital de la moda mundial cuando, en 1940, las fuerzas francesas caen sometidas ante el ejército Alemán. Movilizado durante la Segunda Guerra Mundial, Lucien Lelong se fija el objetivo de hacer que la alta costura parisina funcione a pesar de todas las dificultades, para salvar puestos de trabajo y preservar la identidad nacional.
Muchachos que no querían o no podían ir al frente de batalla, le pidieron su ayuda. Sus nombres: Hubert de Givenchy y Christian Dior. La moda sólo pudo sobrevivir gracias a su heroica intervención.
Así como ahora sabemos de ‘La lista de Schindler’, la labor de Lelong merece una película o por lo menos un recuerdo. Hoy que cumple 110 años de su nacimiento una pequeña mención está a la orden.
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