
La noche parecía tener dueña en el Estadio GNP Seguros. Desde que se encendieron las primeras luces, Shakira arrastró a más de 60 mil voces en un coro interminable. Cada canción era un rugido. Cada movimiento, un eco. La gira Las Mujeres Ya No Lloran alcanzaba su punto más alto en la Ciudad de México. Y aun así, nadie intuía lo que estaba a punto de pasar.
Fue entonces cuando ocurrió.
Shakira detuvo el concierto, respiró profundo y tomó el micrófono. Con voz firme, pero cargada de complicidad, pronunció unas palabras que prepararon al público para lo inesperado: “un verdadero ejemplo de trabajo, perseverancia, talento y belleza”.
Las luces plateadas se abrieron paso entre la penumbra y, de pronto, apareció Belinda. Avanzaba segura, vestida con un atuendo brillante que reflejaba los destellos del escenario. Bastó con verla para que el estadio explotara. Gritos, aplausos y celulares en alto. La sorpresa ya era historia antes de comenzar.
El dueto que nadie imaginaba
El silencio se hizo breve. Sonaron los primeros acordes de “Día de Enero”. Shakira y Belinda se miraron, compartieron una sonrisa nerviosa y, como si hubieran ensayado toda la vida, comenzaron a cantar.
La voz de Belinda tembló al inicio. Era el temblor de los nervios, de la emoción contenida. Pero pronto se afirmó, se soltó. A su lado, Shakira marcaba el ritmo, dándole confianza, arropándola con complicidad.
La escena estaba iluminada no solo por los reflectores, sino por miles de celulares encendidos. Cada persona en ese estadio entendía que presenciaba un momento irrepetible.
El público desbordado
Algunos fanáticos lloraban, otros no dejaban de grabar. En segundos, el momento ya circulaba en redes sociales. “La unión de dos divas”, “el momento más emotivo del concierto”, “un sueño cumplido para Belinda”. Las frases se repetían en comentarios y publicaciones.
El dueto no estaba anunciado. No aparecía en el programa oficial. Fue una sorpresa planeada para esa segunda fecha en México. Y terminó robándose toda la atención de la velada. El momento fue el punto de quiebre de años de admiración. Cantar junto a Shakira, en uno de los escenarios más grandes del país, era un sueño largamente guardado. Esa noche lo cumplió frente a miles de testigos.
Lo que pudo parecer una colaboración espontánea se convirtió en otra cosa: el reconocimiento público de una artista global hacia una mexicana que lleva dos décadas marcando la música pop.
La gira y el momento más emotivo
El concierto formaba parte de la gira mundial Las Mujeres Ya No Lloran, con la que Shakira ha llenado estadios en América y Europa. La parada en el Estadio GNP Seguros fue uno de los puntos más esperados, con boletos agotados desde semanas antes y un setlist que incluía clásicos como “Ojos así”, “Hips Don’t Lie” y “Monotonía”.
Pero ninguna canción logró lo que “Día de Enero”. Cantada a dos voces, entre miradas y gestos, se convirtió en el instante más recordado del concierto.
Una postal para la memoria
La imagen es clara: Shakira y Belinda, arrodilladas una frente a la otra, rodeadas de luces y un estadio cantando a coro. Esa escena, congelada en miles de pantallas, se convirtió en símbolo del concierto y en una de las postales más compartidas del año.
La noche estaba destinada a Shakira. Pero Belinda, con su aparición sorpresa, escribió también su propio capítulo. Uno que quedará en la memoria de quienes lo vivieron y en la historia de los duetos que nacen de la complicidad y la sorpresa.