La declaración de bancarrota de Jo-Ann, la conocida cadena minorista de telas y manualidades, es un indicativo de los desafíos continuos que enfrentan algunas empresas debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la compañía ha anunciado un Acuerdo de Soporte de Transacciones para fortalecer su situación financiera.
Este acuerdo incluye la obtención de 132 millones de dólares en nuevos fondos, lo que se espera que reduzca a la mitad la deuda de la empresa. Además, Jo-Ann ha optado por acogerse voluntariamente al Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de EE. UU., con el objetivo de recuperarse y eventualmente convertirse en una empresa privada.
Scott Sekella, director financiero de Jo-Ann, ha destacado la importancia de este acuerdo para abordar las necesidades de estructura de capital de la compañía, asegurando recursos financieros y flexibilidad para continuar operando y ofrecer una amplia gama de productos en sus más de 800 tiendas en EE. UU.
La empresa ha asegurado que continuará operando normalmente durante el proceso de reestructuración, con todas sus tiendas abiertas y su sitio web en funcionamiento. Chris DiTullio, director de atención al cliente, ha reiterado el compromiso de Jo-Ann con sus clientes y socios comerciales, asegurando que seguirán brindando el mejor servicio posible.
Jo-Ann ha presentado mociones para permitirle continuar con sus operaciones habituales durante la reestructuración financiera, incluyendo el pago de salarios, beneficios para empleados, proveedores y otras obligaciones comerciales.
Neil Saunders, analista minorista de GlobalData, ha comentado que la quiebra de Jo-Ann era esperada y que este proceso permitirá a la empresa recibir una importante inyección de capital, al mismo tiempo que simplifica sus operaciones y reduce su deuda.