
Francisco I marcó muchas primeras veces en la historia del catolicismo y de la humanidad. El primer papa no europeo, el primer papa latinoamericano, el primer papa hispanoparlante, el primer Francisco, el primer argentino y, con ello una herencia cultural inevitable. El primer papa futbolero de corazón.
Su nombre de pila es Jorge Bergoglio. Nació en Buenos Aires en 1936, 6 años después de que se jugara el primer mundial de futbol en Uruguay. Creció en el barrio de Flores. Desde muy pequeño aprendió el amor y la pasión por el futbol. El auge del futbol en Sudamérica contagió y llevó al papa a enamorarse del deporte.
Durante su juventud, Bergoglio caminaba las calles de Buenos Aires enamorado del deporte que paraliza a su país. Ese mismo que la nación argentina ha conquistado en 3 ocasiones en su historia.
Al iniciar su camino por el sacerdocio, nunca dejó su amor por el futbol. Tampoco ocultó su pasión por uno de los equipos más tradicionales de Argentina, el San Lorenzo de Almagro. Cuenta que su padre lo llevaba al “Viejo Gasometro” casa antigua de los Cuervos. Jamás ocultó el amor por los colores azulgrana del San Lorenzo. Tanto fue su cariño que, a partir de 2008, fue socio del club.
En el 2013, a pocos meses de haber sido electo por el cónclave como papa, San Lorenzo jugó con una playera edición especial de su socio 88,235. La playera llevaba los tradicionales colores azul y grana pero con un parche sobre el pecho con la imagen del papa. En el 2023 el equipo utilizó una playera edición especial con la silueta de Francisco por sus 10 años de papado.
Cuando San Lorenzo ganó el torneo de clubes más importante de Sudamérica en 2014, la Copa Libertadores, Bergoglio invitó al equipo y a sus dirigentes a celebrar el campeonato. Le llevaron una réplica especial.
Pero siempre comentó que no veía todos los partidos. En alguna entrevista declaró que no vió la final que perdió Argentina ante Alemania en Brasil 2014. Tampoco vió el campeonato del mundo en Qatar 2022. Comentó que solo se iba enterando del resultado a través de terceros.
Se reunió varias veces con otro de los argentinos más famosos del planeta, Diego Armando Maradona. En una de las reuniones se expresaron cariño mutuo y Maradona le regaló una playera. En una entrevista Francisco declaró que Maradona fue un grande en la cancha pero que, como hombre, había fallado ya que “había resbalado con los hombres que no lo ayudaban y lo alababan.”
Lionel Messi también tuvo un acercamiento con su paisano. En el 2013, previo a un partido amistoso contra Italia, el astro de Rosario visitó al papa. Messi lloró en aquella reunión en donde Francisco le pidió no perder la sencillez.
Pero al elegir entre Maradona y Messi, el sumo pontífice eligió a Pelé.
Francisco I, el papa pambolero, siempre vio al deporte más popular del mundo como un espacio para transmitir espacios de unión y solidaridad. Encontró en el futbol un refugio y una pasión fuera de la religión. Francisco I, el papa de las canchas y el balón.