
A través de la página web del centro penitenciario se informó sobre la suspensión de las visitas a las instalaciones, pese a que no se ha presentado ningún caso positivo de la Covid-19, las autoridades decidieron tomar esta decisión y someter a los internos a las medidas sanitarias del Buró Federal de Prisiones.
A pesar de que las visitas están suspendidas por el momento, los internos tienen comunicación con el exterior, ya que cuentan con 500 minutos de llamadas telefónicas por mes.
“Las visitas legales serán suspendidas por 30 días, momento en el cual la suspensión será reevaluada. Se permitirá la aprobación caso por caso a nivel local y llamadas legales confidenciales para garantizar el acceso a un abogado. Si se aprueba para una visita en persona, el abogado deberá someterse a una evaluación utilizando los mismos procedimientos que el personal”.
En caso de que un reo presente síntomas, será sometido a revisión de temperatura, si es superior a la normal, será aislado del resto.
En el documento emitido por las autoridades no se determina si la hora que tienen los reos de prisiones de máxima seguridad para tomar el sol quedó suspendida también, en el caso de Joaquín Loera, es colocado dentro de una jaula para que no tenga contacto con los demás.
La prisión de máxima seguridad se construyó para mantener a los reos en aislamiento, de acuerdo con organizaciones de derechos humanos, los presos no pueden ver a otra persona dentro de la prisión, solamente a los custodios, además, las celdas tienen doble puerta para evitar el contacto entre prisioneros.
Fue inaugurada en 1994, desde entonces nadie ha podido escapar de ahí. Los reclusos deben utilizar grilletes, esposas y cadenas en el estómago cuando salen de sus celdas, además siempre deben estar custodiados por un guardia.