
El especialista informó que no es fácil que el patógeno permanezca en los tejidos de las especies, ya que se trata de procesos de adaptación que requieren tiempo.
Martínez Gómez señaló que como parte de un experimento, científicos de Japón contagiaron a hurones y gatos, donde detectaron que el virus desaparecía a los pocos días, sin embargo, aparecían cargas virales altas que pronto se redujeron por completo, lo anterior determinó que no pueden infectar a los humanos.
“Ahora volvemos a tener un segundo brote, por lo que lo único que nos ayuda a entender es que hay una réplica, pero para poder decir que gatos y perros van a ser los próximos reservorios que contaminarán a las personas todavía faltan muchas cosas por suceder”.
Aseguró que el trabajo de los médicos y veterinarios es estar alerta en la vigilancia epidemiológica para ir un paso adelante.