
A través de un documento, diversos científicos como Inés Aguiar Branco, Lauren Thuringer y Robert Blasiak, mencionan que una enzima que proviene de un microbio que habita en las aguas termales es una pieza clave que se emplea para la detección de distintos virus, incluyendo el SARS-Cov-2.
Pusieron como ejemplo la proteína que se encuentra en el alga roja del arrecife de coral en las Islas Canarias, debido a que este fue fundamental para combatir el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), una enfermedad que fue causada por un tipo de coronavirus.
“Debido a que el material genético asociado a cada especie marina es único, la extinción de cualquiera de ellas conllevaría la desaparición de su información genética, lo que mermaría el potencial del genoma oceánico para abordar desafíos actuales como el cambio climático y el Covid-19, así como amenazas futuras, entre las que podría haber nuevas enfermedades".
Alertaron sobre las amenazas que corren estos organismos oceánicos, piden aumentar las medidas de conservación, otorgando el carácter de área marina protegida a por lo menos el 30 por ciento del océano.