La UNAM da un paso histórico al liderar la Primera Campaña Científica Antártica Mexicana (CAMEX-1), con un grupo de cuatro investigadores que partieron el 22 de noviembre para realizar estudios pioneros en nombre de México.
Los científicos, procedentes del Instituto de Geología (IG) y de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT), desarrollarán proyectos multidisciplinarios: geología, sedimentología, vida microbiana, cambio ecosistémico y climático. El hielo aquí contiene burbujas de aire con registros atmosféricos de hasta 800 mil años, clave para comprender la evolución del dióxido de carbono, metano y las temperaturas históricas del planeta.
Parte de sus investigaciones se harán a bordo del rompehielos ucraniano Noosfera y en la Estación Antártica Akademik Vernadsky, gracias a un acuerdo con el Centro Nacional Antártico de Ucrania. La colaboración es estratégica: México se adhirió al Comité Científico para la Investigación Antártica en 2021, lo que ha abierto puertas para la diplomacia científica.
Los estudios geohistóricos buscarán reconstruir cómo eran los océanos hace 145 millones de años, cuando la configuración terrestre era muy distinta (durante el Jurásico y Cretácico). Asimismo, los sedimentos marinos quitan examinarán miles de años de variaciones climáticas, incluyendo posibles señales del inicio del Antropoceno.
La UNAM ve en esta misión un avance fundamental para el desarrollo de las ciencias polares en México, una disciplina clave para entender y enfrentar el cambio climático. Además, los hallazgos podrán tener impacto directo en nuestro país —por ejemplo, el derretimiento antártico puede elevar el nivel del mar, lo que amenaza ciudades costeras como Cancún o Veracruz, y afectar pesquerías de especies migratorias.Finalmente, se proyecta que esta campaña no sea la única: la Dra. Patricia Valdespino ya anunció que encabezará una segunda expedición universitaria en febrero de 2026.