
A las ocho de la mañana, los alumnos de la secundaria “General Plan de Ayutla” entraron a clases como cualquier otro día… pero no fue un día cualquiera.
Desde temprano, policías estatales, orientadores y personal especializado comenzaron a instalar módulos y equipo en la explanada del plantel. No llegaron a patrullar ni a imponer. Llegaron a escuchar. A hablar con los chavos. A decirles, de frente, que hay cosas que no se deben normalizar.
La Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero organizó una jornada que no tuvo uniforme ni protocolo, pero sí tuvo peso. Más de 600 estudiantes salieron de sus salones para participar en pláticas, ejercicios y una obra de teatro que, por primera vez para muchos, puso palabras a lo que antes solo se sentía.
La obra se llamó “Rompiendo el Silencio”. Y no fue teatro bonito. Fue crudo. Fue incómodo. Fue necesario.
Una escena mostraba a una adolescente siendo presionada por su pareja para enviar fotos. Otra, el bullying que no siempre se ve en los pasillos, pero que deja marcas. Hubo quienes se rieron nerviosos. Otros miraron al suelo. Al final, nadie aplaudió… pero el silencio hablaba solo.
Después de eso, vino lo más difícil: hablar en voz alta.
Personal de la Unidad de Género y prevención del delito se quedó con ellos. Les explicaron cómo identificar abusos. Qué hacer si alguien en su casa, en su grupo, en su escuela, los hace sentir mal. Les dijeron que sí se puede denunciar. Que no están solos.
“No vinimos a dar cátedra, vinimos a que nos escuchen”, dijo una de las agentes al grupo reunido en el patio.
Y funcionó. Hubo preguntas. Hubo confesiones. Hubo alumnos que se acercaron a contar cosas que nunca habían dicho. Esa era la idea.
La jornada no fue un evento aislado. Forma parte de un programa que la SSP quiere llevar a otras regiones del estado, sobre todo a zonas donde casi nunca llega nada. Ayutla fue la primera parada. Pero no será la última.
Para muchos de esos adolescentes, esta fue la primera vez que alguien les dijo que su vida importa. Que pueden decir “no”. Que pedir ayuda no es debilidad.
No cambiaron el mundo. Pero cambiaron algo. Un pensamiento, una decisión, una historia.