
“Como padre no puedo imaginar cómo se sentiría que me quitaran a mis hijos. Y como primer ministro estoy consternado por la vergonzosa política que robó a los niños indígenas de sus comunidades”, explicó.
El primer ministro mencionó que hablará con otros funcionarios para apoyar a los sobrevivientes y a la comunidad.
Reiteró que excavar cementerios escolares es importante para conocer la verdad, “Canadá estará allí para apoyar a las comunidades indígenas a medida que descubriéramos el alcance de este trauma”.
La semana pasada, la tribu Tk’emlups te Secwepemc informó que encontró restos de 215 estudiantes de una escuela cerca de Kamloops.
Dicho internado fue el más grande de los 139 que se encontraban a finales del siglo XIX, donde se integraban a los pueblos indígenas del país con hasta 500 estudiantes registrados.
Los niños que asistían fueron obligados a convertirse al cristianismo, además no se les permitía hablar su idioma, eran maltratados y se estima que murieron hasta seis mil.