
Las primas Lesia Orshoko y Alona Chugai escaparon de Ucrania, aterrizando en Israel la semana pasada en donde se encontrarían con Sharon Bass; cuya abuela, Fania Rosenfeld Bass, fue “escondida” por Maria Blyshchik, abuela de Lesia, cuando vivía en la ciudad ucraniana de Rafalowka.
Sharon declaró a ‘The Washington Post’ que para ella era un honor el poder acoger a las primas, lo que significa para ella devolver el gesto de amabilidad que la familia tuvo con su abuela durante la Segunda Guerra Mundial, cuando apenas era adolescente.
La mayor parte de la familia de Fania, incluyendo sus padres y cinco hermanos, fueron asesinados, Rosenfeld logró huir y sobrevivir. En los dos últimos años de la guerra Maria y su familia acogieron a Fania y la escondieron hasta que el Ejército Rojo liberó Rafalowka.
La historia fue pasando de generación en generación. Tras mudarse a Israel, Rosenfeld formó una familia y no dudó en contarles la historia a sus hijos y nietos, con la finalidad de que estor pudieran saber que, a pesar de estar viviendo una guerra, las buenas personas continuaron aferradas a su humanidad.
Tras la separación de Fania y la familia de Maria, se perdió la comunicación, sin embargo, en la década de los 90 pudieron reconectarse y desde ese momento se han mantenido en contacto.
Luego de enterarse de lo que estaba sucediendo en Ucrania, Sharon no dudó en comunicarse con Lesia y Alona para poder ofrecerles algo de ayuda. El traslado de las primas fue complicado al principio pues había mucha burocracia de por medio, sin embargo, Bass le contó la historia a Roy Rubinstein, de las noticias ‘YNET’, por lo que las personas que pudieron escucharla quedaron cautivadas, no dudaron en ayudar y la presión pública fue en aumento.
La petición del traslado llegó a un exjefe de la Agencia Judía, para posteriormente pasar al Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, viéndose involucrados políticos de alto rango. Otro de los puntos curiosos de esta historia es que la visa de Lesia y Alona fue aprobada en el tercer aniversario luctuoso de Fania, quien vivió hasta los 97 años.
Información de: The Washington Post.