
Pero el fracaso no sólo fue en la afiliación… Su creación tampoco se tradujo en que las personas gastaran menos en servicios privados o externos… En 2019 el gasto en salud era de 42.1 por ciento, mientras que en el 2020 se disparó arriba de 49 por ciento, es decir, por encima de los tres mil pesos promedio por persona… Es cierto, hubo una pandemia, pero fue una crisis sanitaria tan enorme que se terminaron interrumpiendo otros servicios y quienes se llevaron la peor parte fueron los más pobres, pues tuvieron que destinar mayor parte de sus recursos a atenderse por fuera… Sencillamente porque no había otra opción… Y es que ante un sistema tan debilitado y con el lamentable diseño institucional que tenía el INSABI, enfermarse y ser pobre fue una combinación terrible… Y cada vez se vuelve peor… Nada más alejado de Dinamarca…
Quienes estaban afiliados al Seguro Popular tenían acceso a un paquete de 294 servicios esenciales y a un catálogo de 66 intervenciones de especialidad, es decir, aunque restringida, había atención de tercer nivel… Cuando llegó el INSABI eso se acabó, no hubo para sus afiliados atención de especialidad…