Un violento incendio se desató la noche del martes 2 de diciembre en la Sierra de Guadalupe, en la loma de Tepeolulco, en Ecatepec, Estado de México. El fuego consumió al menos dos hectáreas de vegetación, generando una densa columna de humo visible desde cientos de metros. El reporte inicial alertó a servicios de emergencia, quienes acudieron al lugar para combatir las llamas.
Elementos del cuerpo de bomberos local, apoyados por brigadas forestales, llegaron al sitio poco después de recibirse la alerta. Se desplegaron varias pipas y motobombas para contener el avance del fuego y evitar que se extendiera hacia zonas habitadas cercanas. Durante varias horas, combatieron el incendio en terrenos escarpados, lo que complicó las labores de combate. Gracias a la intervención oportuna, se logró controlar el incendio; al cierre del reporte no se informó sobre víctimas humanas ni heridos.
Testigos indicaron que las llamas se originaron en una zona de pastizales bajos y arbustos secos, lo que facilitó su rápida propagación. Aunque aún no hay una versión oficial sobre el origen del incendio, las autoridades ambientales y de protección civil ya analizan la posibilidad de una quema urbana o un foco incandescente arrojado de forma imprudente.
El fuego devastó la flora local, afectando arbustos y pastizales, lo que representa un daño ambiental importante. Habitantes de colonias aledañas denunciaron la caída de ceniza y mala calidad del aire, pues según informes, varios niños y adultos mayores reportaron irritación en vías respiratorias, aunque no se han confirmado hospitalizaciones. Especialistas advierten que la pérdida de cobertura vegetal pone en riesgo la fauna local, incrementa la vulnerabilidad al suelo y eleva la posibilidad de deslaves o erosión en temporada de lluvias.
Las autoridades municipales afirmaron que ya se inició una evaluación formal de los daños ecológicos. En coordinación con dependencias ambientales estatales, planean implementar acciones de reforestación y vigilancia más estricta para prevenir incendios futuros. También anunciaron que reforzarán patrullajes y vigilancia en zonas de bosque periurbano, así como campañas de concienciación sobre la peligrosidad de las quemas en contextos de sequía y vegetación seca.
Este incendio en la Sierra de Guadalupe es, de nuevo, una llamada de alerta: la cercanía entre zonas urbanas y áreas naturales incrementa los riesgos. La destrucción de las 2 hectáreas de vegetación, la contaminación del aire y el daño al ecosistema local muestran la urgencia de políticas serias de prevención y de gestión responsable del entorno natural.