
Recientemente la Cámara de Diputados avaló la desaparición de hospitales psiquiátricos de internamiento en el país. Esta reforma fue realizada dentro de la Ley General de Salud.
Ahora con esta reforma los pacientes deberán ser atendidos en hospitales generales e institutos nacionales.
“Ahora con el nuevo modelo se prevé privilegiar el cuidado primario en estos padecimientos con servicios alternativos en las comunidades incluyendo, de ser necesario, la atención en hospitales generales. Con esta reforma se posibilita la creación de una red integral de servicios”, dijo César Agustín Hernández Pérez, legislador de Morena.
Dicha reforma también indica que la salud mental y la prevención de la adicciones serán prioridad y deberán brindarse de acuerdo a la Constitución y apegada a los tratados internacionales de Derechos Humanos.
También se agrega el derecho para que ningún paciente sea sometido a medidas de aislamiento, contención coercitiva o cualquier trato que se catalogue como cruel, inhumano o degradante.
En el caso de niñas, niños y adolescentes los médicos tendrán la obligación de dar implementar medidas para que los menores puedan valorar qué tipos e tratamiento es mejor para su bienestar.
De acuerdo con IMCO, esta nueva reforma busca mejorar la calidad de vida y atención de los pacientes ya que cada uno de cuatro mexicanos de 18 a 65 años presenta un trastorno mental por lo que en 2018 había 15 millones de personas con algún problema de salud mental en el país, aunque esta cifra pudo haberse detonado con la llegada de la pandemia. Por ejemplo, la tasa de personas con depresión aumentó nueve veces en estos años de pandemia.
En un artículo de IMCO se aplaude esta aprobación sin embargo también cuestiona sobre si el sistema de salud de país está capacitado para esta situación ya que en el sexenio ha habido desabasto de medicamentos y una mala calidad de los servicios y atención. Además si a ello se le suma que desde 2013 a 2021 ha habido un menor presupuesto para tratar problemas de salud mental con el 2.1 por ciento de presupuesto total asignado a la Secretaría de Salud.
Otros especialistas han advertido sobre las secuelas de la pandemia.
La especialista señala que estas modificaciones no serán de gran ayuda si no se atienden antes problemas de recursos humanos, logística y económicos.
Además agrega que el gobierno no es preventivo en los problemas económicos que dejó la pandemia ya que han aumentado la tasas de suicidio.
“El problema es que el método que usaron para evaluar las necesidades de salud mental en México fueron muy deficientes. Piensan que con esas iniciativas pueden solucionar el problema, pero creo que va a seguir exactamente igual: queriendo tapar el sol con un dedo”, indicó Jiménez.
La Organización Panamericana de la Salud reportó que en 2021 se dispararon los problemas de ansiedad, depresión y estrés en el continente, pero mayoritariamente en México.
Sin embargo también hay quienes ven bien esta reforma aunque mencionan que deberán hacerse más esfuerzos para que pueda ser efectiva.
Y eso se debe a que ven con buenos ojos que está ley esté apegada a los Derechos Humanos, incluyente y un enfoque bioético en la relación médico-paciente.
El doctor Juan Manuel Quijada Gaytán, director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud dijo a Gatopardo que México había tenido 30 años de retraso debido a que las enfermedades mentales eran de asilar y completamente en manos de los hospitales psiquiátricos
Fue desde 1990, con la Declaración de Caracas, donde surgió la Conferencia Regional para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina y que definió que el aislar a los pacientes con alguna enfermedad mental les provocaba una mayor discapacidad social y los dejaban en condiciones desfavorables que ponían en riesgo sus derechos humanos.
Desde ese entonces México se comprometió a una reestructuración de los servicios para estos tratamientos y trasladarlos a un modelo de atención comunitaria donde cualquier persona pueda tener acceso a una clínica u hospital general para recibir atención médica.
Actualmente las enfermedades mentales recaen en 35 hospitales psiquiátricos en todo el país.
La revista Gatopardo expone uno de miles de casos, de trata de Felipe, quien en 2017 despertó atado de manos y piernas con vendas en el hospital psiquiátrico Fray Bernardino en la Ciudad de México.
Fue por un enfermero que supo a que llevaba tres semanas así y sin recordar lo que había ocurrido en todo ese tiempo.
“Después supe que llegué por un brote psicótico y que en el área de observación me amarraron y medicaron”, cuenta Felipe a quien diagnosticaron con un trastorno esquizoafectivo maniaco, una combinación de esquizofrenia y estados de ánimo.
Este hombre de 43 años cuenta las condiciones en que se vive en los hospitales psiquiátricos.
“En una ocasión necesitaba ir al baño y pedí apoyo al enfermero, porque ya no aguantaba, y me dijo que no, que si quería me podía hacer en el colchón. Se siente horrible. Uno no quiere estar sucio, pero mi vejiga ya no aguantaba más. Me tuve que hacer”, contó.
Un año más tarde y a consecuencias de un despido injustificado elevó sus niveles de estrés y sus aluviones aumentaron por lo que fue recluido nuevamente, pero ahora en Puebla.
Felipe aún recuerda las mangueras a presión en los baños y los baños de agua fría que le obligaban a darse durante las madrugadas. Usaba una bata que el menor descuido le dejaba ver su desnudez; la comida sin sabor que el personal del hospital psiquiátrico le aventaba al piso, así como los golpes, las burlas y las nulas consultas con los médicos.
Expertos indican que para que esto funcione, en el país se debe pensar en una atención comunitaria y señalan que debe haber una voluntad política y destinar recursos suficientes para que en cinco años se puedan obtener los primeros resultados y en una década tener un sistema sólido con tendencia a mejorar.