
El reporte indica que en 2012 se encontraron niveles altos de arsénico en 17 estados del país, no obstante, para 2018 se extendió a 24 entidades.
“Aunque se tomaron menos muestras de agua en 2019 y 2020 que en los años anteriores, los niveles de arsénico continuaron mostrando niveles elevados. Y las autoridades no han informado a la población”, explica la investigación.
Donde hay más concentraciones de arsénico en pozos es en Guadalajara, Jalisco; La Paz; Baja California Sur; Hermosillo, Sonora; Villa de Cos, Zacatecas; y Tlajomulco, Jalisco.
Asimismo, hay presencia en pozos de seis de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, así lo indican datos del gobierno capitalino.
El análisis que realizó Data Crítica y Quinto Elemento Lab está basado en más de 11 mil muestras tomadas en pozos que se encargan de extraer agua subterránea.
Los resultados mostraron que aparte del arsénico, también se encontró otro mineral con altas concentraciones, el fluoruro, el cual también tiene efectos nocivos para la salud.
“El consumo excesivo de fluoruro puede causar deformidades en los huesos o volverlos frágiles y quebradizos; también puede provocar la calcificación de tendones y ligamentos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señala el reporte.
Las entidades con presencia de altos niveles de arsénico son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
El agua con arsénico que se bebe en México rebasa 70 veces el límite permisible por la OMS. Pasó de estar presente de 17 a 24 estados de 2012 a 2018. Una reportaje de @datacritica y @quintoelab #VenenoEnMiAguahttps://t.co/oq3LEXFHEp pic.twitter.com/CKDyO5fRo7
— Quinto Elemento Lab (@quintoelab) December 13, 2021
La Organización Mundial de la Salud explicó que el arsénico está presente de manera natural en niveles altos en las aguas subterráneas, no obstante, es muy tóxico en su forma inorgánica.
Al ingerir arsénico a través del agua y los alimentos puede provocar vómito, dolor abdominal y diarrea, así como entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies, mientras que en casos extremos, la muerte.
Además, un consumo prolongado de altos niveles de este mineral puede producir cáncer de piel, vejiga y pulmón.