Desafortunadamente el personal de seguridad que se encuentra en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro, ha destacado en múltiples ocasiones pero no por realizar sus labores de protección, vigilancia y salvaguarda de pasajeros con excelencia, sino todo lo contrario.
Ya que no han sido pocos los casos de abuso de poder, acoso y violencia ejercida contra los propios pasajeros por parte de los elementos policiales, los que se han reportado y a esos mismos se sumarían los de la cifra negra que jamás se darán a conocer porque no se denuncian públicamente.
Por mencionar algunos de los casos que han llamado la atención y generado controversia recientemente, tenemos el de un joven que denunció el hecho de que fue abordado por policías mientras este se encontraba en los andenes de una estación del metro y supuestamente los oficiales lo amenazaron con llevárselo detenido si no abordaba un tren o se retiraba voluntariamente de las instalaciones, el usuario documento el hecho mediante una grabación donde destaca como los oficiales al percatarse de la acción le solicitan al joven que deje de grabar.
Otro suceso sería el que ocurrió el pasado 22 de noviembre en la estación de San Andrés Tomatlán que se ubica en la línea 12 del metro, donde según testigos y videos que se hicieron públicos un policía agredió a una mujer embarazada que iba acompañada por dos menores de edad. Supuestamente el incidente tuvo lugar cuando la mujer intentó usar el elevador reservado para personas con movilidad limitada y presuntamente el oficial fue quien le negó el acceso, dirigiéndose de forma grosera con la usuaria para jalonearla posteriormente con la intención de sacarla de la estación poniendo su salud en riesgo y la de sus hijos.
Casos como los anteriores hay por montones, pero lo que realmente causa indignación y molestia entre la población es que pareciera que mientras estas situaciones de abuso contra usuarios inocentes suceden, los casos de acoso sexual en el metro pocas veces son atendidos de la forma correcta, logrando identificar o castigar a los violentadores.
Simplemente la Fiscalía General de Justicia capitalina ha revelado que desde inicios del año y hasta julio del mismo, se han iniciado 100 carpetas de investigación por acoso sexual en las instalaciones del Metro, siendo las mujeres el sector mas afectado pues conforman el 99 por ciento de las víctimas. Sin olvidar sumar a esta cantidad la cifra negra anteriormente mencionada que incrementa exponencialmente los números.
Ante este panorama nos preguntamos si la presencia de elementos policiacos en el metro de la Ciudad de México realmente funciona para proteger a los usuarios, si los oficiales se encuentran correctamente capacitados para reaccionar de forma oportuna y eficiente ante situaciones de riesgo o solo están por obligación, actuando bajo sus propios criterios y a conveniencia.