
En los meses de junio, julio y agosto podrás encontrarte con las cerezas de verano en México, estas son cosechadas en los suelos fértiles de origen volcánico los cuales son nutridos por el agua proveniente del deshielo de las montañas en los estados de Washington, Idaho, Oregón, Utah y Montana, lugares en donde se puede disfrutar de días cálidos y noches frescas ideales para su cultivo, lo que permite que sean más grandes, que contengan mayor porción de azúcares naturales y un mejor color.
Los agricultores se apoyan de abejas las cuales ayudan a la polinización de la cosecha, posteriormente estas son recolectadas a mano para después ser entregadas en un lapso de 72 horas.
Por si te faltaban razones para querer probarlas, es bueno que sepas que las cerezas ayudan a disminuir el proceso de envejecimiento celular, asimismo, son buenas para combatir la hipertensión, desestimula y previene la diabetes, mejora la salud cardiovascular y la memoria, regula el sueño, cuenta con propiedades antiinflamatorias, al igual que antioxidantes, cuentan con un alto contenido de vitamina C, fibra, serotonina y melatonina, por lo que es bueno para tu salud comer, al menos, dos cerezas al día.
De igual manera, los especialistas señalan que comer seis cerezas antes de hacer ejercicio ayuda a aumentar el rendimiento deportivo, comer seis después de ejercitarse ayuda a prevenir los calambres.
Juan Carlos Moreira, representante de ‘Cerezas del Noroeste’, recomienda que para que las cerezas puedan conservarse estas sean refrigeradas (durarán aproximadamente 15 días) o congeladas, recomendando que la manera ideal de comérselas al estar en el congelador es semicongeladas.
Puedes encontrarlas en las centrales de abastos, mercados municipales, así como en tiendas Costco o Walmart.